A lo largo de la vida pasamos por dos familias: la de nuestros padres y la que creamos cada uno cuando llegamos a la edad adulta.
El complejo de Edipo consiste en que —a temprana edad— todos desearíamos casarnos con nuestra mamá o papá y fundar una familia con ella (o él). Esta intención frustrada nos causa mucho dolor y por eso la olvidamos... aunque no totalmente.
En muchas personas quedan secuelas de diferente tipo. Les mencionaré sólo una que se relaciona con el artículo publicado con el título Huyamos del es3.
Cuando todavía no hemos asumido que ese casamiento con nuestra madre o padre es imposible, competimos con nuestro rival (su cónyuge).
No todos aceptan de buen grado la competencia. Más aún: son muy pocos los que la pasan bien trabándose en lucha con un oponente notoriamente superior.
Para peor en aquella competencia salimos perdiendo, con lo cual el rechazo a todo lo que sea luchar para conseguir algo se vuelve más difícil debido a este recuerdo traumático («luché contra mi padre para casarme con su esposa pero él me ganó»).
Las economías de las naciones pueden tener dos formatos: liberal (que incluye la propiedad privada y la libre competencia en un mercado desregulado) y socialista (con escaso apego a la propiedad privada y libre de competencia porque los mercados están regulados desde el estado).
Quienes toleran o disfrutan compitiendo y aceptan la propiedad privada adhieren al liberalismo y quienes rechazan el estrés, la propiedad privada y competir, adhieren al socialismo.
Más genéricamente: los liberales procuran formar una familia propia y los socialistas procuran conservar el modelo de su primera familia, donde el estado oficia de padre.
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13 comentarios:
Es muy buena la síntesis pero me parece que sale perdiendo el socialismo y eso ya no me gusta tanto.
Mi vida cambió porque un psicólogo conductista me sacó la fobia a la competencia.
Mi primera familia no pudo ser peor. Ahore tengo miedo que la que formé yo también fracase.
¿Está diciendo que los socialistas son conservadores?
La competencia me produce estrés. Quizás sea porque me recuerda el Edipo.
Las cosas se complican mucho porque además de odiar al rival, lo amamos tiernamente.
Es más fácil luchar por el socialismo cuando se ha heredado un lugar en el mundo.
Mi madre murió antes de que yo cumpliera un año, fui muy pegada a mi padre, pero igual sabía que él tenía su trabajo, sus amigos y que siempre me trataría como hija.
No sé si puede llegarse a disfrutar la lucha y la competencia. Lo que sí me queda claro es que te sentís vital.
NO ADHIERO A NADA
De adulto me convertí en un desfamiliado por opción.
Los chicos deben fundar su propia familia sin fundir a la de sus padres.
A mí nada me dejó peores secuelas que la escuela!
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