domingo, 20 de septiembre de 2009

Menú económico

En el artículo publicado hace unos meses con el título The Beatles escolares le comentaba que el sistema educativo inglés está preocupado (con sesenta años de retraso) porque en su momento no supo detectar el talento musical de aquellos cuatro muchachos (John, Paul, George y Ringo), quizá porque le dio más importancia a lo urgente (cumplir el programa de estudio) que a lo importante (detectar el talento de los alumnos).

Hace unos días publiqué otro artículo (La negligencia natural ) en el que le comentaba que percibimos a partir de nuestras necesidad («el medio vaso vacío») y que por eso es que tendemos a no ver (ni cuidar, ni conservar) lo que nos mantiene con las necesidades satisfechas («el medio vaso lleno»).

Tanto atender lo urgente en desmedro de lo importante como percibir mejor lo que buscamos que lo que tenemos, conducen a un resultado común que es vivir el presente.

En síntesis: espontáneamente atendemos a las necesidades urgentes (fusiono ambos conceptos) porque como cualquier otro ser vivo buscamos comida cuando sentimos hambre, dormimos cuando tenemos sueño, procuramos tener actividad sexual cada vez que estamos excitados.

Probablemente todos poseemos el menú básico de destrezas para conservarnos como individuos y como especie pero algunas personas tendemos a conseguir ciertos lujos como son vivir en una casa que no se derrumbe con el viento, tener una heladera que conserve más tiempo los alimentos, viajar para conocer otras personas y paisajes, tener ahorros para cuando nos abandonen las fuerzas.

Estos complementos al menú básico —que irónicamente llamo «lujos»— son optativos, no está ni bien ni mal procurarlos, aunque no resisto la tentación de condenar a quienes procuran disfrutarlos a costa del esfuerzo de otros.

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13 comentarios:

Fabiola dijo...

Esto nos lleva al inexorable destino de que tienen que haber pobres. ¡Qué pena no?

Miriam. dijo...

Tu eres coherente con tus ideas: Las personas actuamos según la urgencia de las necesidades porque somos tan animales como los demás.

Está bien. Es así, ¡qué le vamos a hacer!

Fernando Mieres dijo...

La imagen de este artículo corresponde a un vagón-comedor del Orient-Express Train.

Mª Eugenia Recargada dijo...

¿Y a qué sector se refiere ud cuando habla de los que disfrutan ciertos lujos a costa del esfuerzo de otros? ¿Conforman un sector? ¿Están dispersos y no tienen nada en común? ¿Son varios sectores?

Segovia dijo...

¡Ya sabía yo que ud era un antimperialista!

Débora dijo...

Enójese si quiere, y deje que el juez condene, le pagan para eso.

Luciana dijo...

La mayoría nos pasamos atendiendo asuntos urgentes y no hacemos casi nada importante.

Noel dijo...

Lo que pasa es que lo urgente siempre se disfraza de importante.

una madre dijo...

Seguro que con mi hijo está pasando lo mismo que con los Beatles escolares!

Eladia dijo...

Si no cuidamos lo que mantiene nuestras necesidades satisfechas, quiere decir que no cuidamos lo que es nuestro, lo que ya hicimos nuestro.

Yoel dijo...

El padre de Mozart, en cambio, detectó el talento de su hijo a tiempo. A tiempo como para arruinarle la vida.

el oriental dijo...

¡Igualito al tren en el que viajo a Progreso!

Ludovika dijo...

Usted juntó dos conceptos, porque si los hubiese fusionado le quedaba cualquier cosa: necentes ugedades,por ej., lo que es parecido a decir necesidades indigentes o indecentes obviedades. Igual no estuvo del todo mal porque las necesidades indigentes priorizan lo urgente, las indecentes obviedades parten de nuestras necesidades y las necentes ugedades suena bastante bien.