viernes, 25 de septiembre de 2009

Placer y realismo

— Hola Eloísa, ¿cómo estás? Necesito hacerte una consulta porque ya sabes que eres mi amiga predilecta y ninguna como tú para opinar sobre este tema.

— Ay, ¡qué suspenso! Dime ya de qué se trata.

— ¿Recuerdas aquel hombre que conocimos en el cumpleaños de tu mamá?

— Claro, Jaime, cómo olvidarlo.

— Pues bien, ayer me llamó para tener una cita romántica. Así como lo oyes. Casi sin preámbulos fue directamente al punto. ¿Qué hago Eloísa?

— Pero ¡qué pregunta! Acepta sin rodeos, cómprate ropa nueva y en media hora estoy en tu casa para prestarte un perfume infalible.

………

En el artículo titulado El dudoso honor de ser consultado les comentaba que las preguntas suele incluir la intención de compartir un riesgo o una culpa.

En el artículo titulado La ilusión colectiva les decía que los gobernantes se asesoran con científicos de la economía afines a su propia ideología política.

La persona que seleccionó a una determinada amiga para pedirle opinión, seguramente lo hizo (consciente o inconscientemente) porque sabía que esa persona le daría la respuesta que más deseaba escuchar.

Esto nos pasa a todos: la primera intención es realizar lo que nos dé placer.

Enterados de esta predisposición natural propia de nuestra especie (o quizá de todas), y dado que vivimos en sociedades donde los impulsos divertidos dan menos ganancias que las acciones racionales, puede ser ventajoso frenarnos a tiempo cuando elegimos lo más agradable en desmedro de lo más conveniente.

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11 comentarios:

Miguel Duplá dijo...

En todos los casos la conducta más conveniente tendría que ser que yo elijo lo que quiero soportar y lo que quiero gozar.

Marita dijo...

Elegimos como amigos a aquellos que nos devolverán una imágen agradable de nosotros mismos. Luego entre ellos elegimos al más apropiado según la situación. Me parece que son más las veces que pedimos un consejo, sabiendo qué nos van a aconsejar.

Rodolfo dijo...

Pido consejo para sentirme más seguro de lo que voy a hacer, pero siempre como reforzador, nunca tengo la intención de que cambien mi manera de pensar. Y compartir el riesgo o la culpa te hace sentir más seguro.

Facundo Negri dijo...

"Tocar fondo" es llegar a una situación en la vida donde lo único que te inspira placer es la muerte.

Eloísa dijo...

Pienso que los impulsos divertidos a la postre dan buenas ganancias porque te dan energía para seguir haciendo cosas.

Alejandra dijo...

Es muy cierto lo que ud dice; a una amiga impredecible no me animaría a pedirle consejo.

Lucrecia dijo...

Cuando coincide lo más agradable con lo más conveniente es maravilloso!

Paco dijo...

Si eligiéramos a la persona que nos daría la respuesta que menos queremos escuchar, sería muy difícil tomar la decisión.

Martín dijo...

Haré lo más conveniente en desmedro de lo más agradable, cuando madure.

Anónimo dijo...

No puedo elegir lo más placentero porque luego me es imposible frenar.

Lucas dijo...

Pido opinión cuando lo que voy a elegir no me importa demasiado.