Los pueblos donde los gobernantes son elegidos por el voto de los ciudadanos cuentan con la ventaja de que cada cierto tiempo pueden ejercer un poder tan grande como para preocupar a quienes se postulan para conducir la política.
Esta preocupación de los candiatos los obliga a conocer cuáles son las aspiraciones de la mayoría.
Todo gobernante termina dedicando su mayor esfuerzo a resolver los problemas económicos de su pueblo para lo cual recurre a los científicos dedicados a esa rama del saber.
Si bien todos pensamos que un científico es un ser especial, capaz de observar la realidad con total objetividad, esto no es así. Son personas que aman lo que estudian, que a su vez tienen talento para destacarse como profesionales pero que por sobre todas las cosas son ciudadanos con una ideología que orienta sus búsquedas y selecciona lo que «encuentran».
De esta forma, los gobernantes de turno se guían por las teorías de los economistas ideológicamente afines a las mayoría de los votantes y a partir de ahí se genera una cierta complacencia entre gobernados y gobernantes porque esa mayoría piensa que se están haciendo las cosas bien (es decir, según el criterio de la creencias mayoritarias), interpretando los éxitos como una obvia ratificación de la «verdad» de la que se sienten propietarios y atribuyendo los fracasos a factores ajenos (coyuntura internacional, acción de algún supuesto enemigo, mala suerte).
En suma, se produce un efecto que algunos sociólogos llama «ilusión grupal» por el cual la identidad de pensamiento genera el placentero sentimiento de que son omnipotentes e indestructibles, observando a los que piensan diferente como seres equivocados, quizá inferiores, a quienes deberán cuidar porque, entre otros méritos, ese grupo de iluminados también es generoso.
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11 comentarios:
Es cierto, a veces la opinión de los economistas no difiere en nada de la opinión que pueda emitir un gobernante de la misma corriente de pensamiento.
Nuestra ilusión grupal pasa por 3 momentos:
1)la casa propia
2)el auto
3)la casa en la playa
Los gobernantes de turno trabajan toda la noche.
Observando a los que piensan diferente, es admirable la poca cantidad de asesinatos que ocurren.
Qué quiere que le diga, yo sigo asociando ciencia con laboratorio; no veo a un científico en un economista.
En realidad las aspiraciones de la mayoría son siempre las mismas: mejorar la situación particular, despreocupándose por el bienestar global.
Todo esto se soluciona el día que los economistas dejen de tener ideas.
Con los economistas pasa lo mismo que con los directores técnicos en el fútbol, si la masa protesta se elige uno nuevo.
La ilusión colectiva se maneja en autobús.
Cuando el grupo de iluminados es mayoría, se hace la luz!
LOS GOBERNANTES DEDICAN SU MAYOR ESFUERZO A PERPETUARSE EN EL PODER
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