lunes, 2 de agosto de 2010

Juguetones y estudiosas

La mejor forma de aprender es jugando, porque combinamos el entretenimiento y la diversión, con la capacitación.

Lamentablemente, no todos los aprendizajes pueden procesarse lúdicamente y algunos se tornan muy aburridos para la mayoría.

Los casos típicos, son las asignaturas que reclaman esfuerzos de razonamiento, como las matemáticas, la física y la química.

Existen pocos juegos entretenidos para enseñarlas y esta característica va de la mano de los altos índices de repetición y abandono.

Los juegos suelen ser diferentes para varones y para niñas.

Me interesa pensar en cómo jugaron-aprendieron, quienes hoy son los adultos que desempeñan las acciones más trascendentes de la sociedad (trabajar, estudiar, gobernar).

Una característica muy frecuente, es que las niñas jugaron con situaciones que emulan tareas (madres, consulta al médico, hacer visitas), mientras que los varones hemos jugado con situaciones que casi nunca serían tareas (deportes que incluyan fuerza, destreza y agilidad, simuladores informáticos de acciones bélicas, deportivas o de simple destreza).

Si dejamos de lado los juegos contemporáneos, dependientes de la computación, podemos decir que estas diferencias en los juegos de varones y niñas, tiene una larga historia. Quizá de siglos.

Pretendo compartir con ustedes la observación de que las mujeres siempre estudiaron (por la elección de sus juegos infantiles) para su rol adulto, mientras que los varones, siempre nos hemos dedicado a jugar priorizando la fantasía más despegada de la realidad.

No estoy lejos de afirmar que los varones estudiamos para ser Don Quijote, que llegó a ser famoso por sus extrañas hazañas, pero que habría tenido dificultades para formar una familia con su amada Dulcinea, simplemente porque su fantasía no era vendible, no era remunerable, no generaba ingresos económicos.

Mientras tanto, las niñas estudiaron para ser desconocidas amas de casa, maternales y poco aptas para ganar dinero (igual que Don Quijote).

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12 comentarios:

Silvia dijo...

Los hombres conservan a lo largo de su vida un espíritu juguetón -como Ud dice-, tienen más sentido del humor que las mujeres, son más propensos a divertirse en grupo (como practicar deportes juntos)y son menos envidiosos.
Hay que reconocerlo, nobleza obliga.

Lilián dijo...

Es posible que hombres y mujeres hallamos sido educados para no ganar dinero, pero de todos modos, los hombres han cargado más con esa responsabilidad.

Nolberto dijo...

Cuando sos adulto dejás de soñar con ser famoso. En realidad no tiene demasiadas ventajas.

Graciana dijo...

Creo que las quijotadas son propias de hombres y mujeres por igual, sólo que las del los hombres cobran más notoriedad.

Orosmán dijo...

Soy de la idea de que todo puede procesarse lúdicamente, pero pocos tienen la capacidad de hacerlo.

Sabrina dijo...

Los varones jugaron/aprendieron a luchar y las niñas a cuidar.

Macarena dijo...

Creo que nuestras capacidades se desarrollan en la medida que persistimos en aprender aquellas cosas que nos resultan dificultosas. Y en esto no hay tareas a menospreciar. Entrenarse en resolver crucigramas, aprender crochet o a tejer, estudiar química o matemática si tuviste facilidad para las letras, tratar de entender una poesía si eso te ha resultado dificultoso... es infinita la cantidad de desafíos que podemos encarar para volvernos más capaces, más poderosos, es decir, con el poder de tener una visión más completa y amplia del mundo.

Nené dijo...

Ser mujer es una desgracia, que quiere que le diga.

Irene dijo...

Nené tiene en parte razón, aunque ser madre, amamantar a tu hijo, tener la posibilidad de usar ropa muy variada y jugar a embellecerse sin tener que andar disimulando, recibir dentro del cuerpo al hombre que se ama... es lindo.

Luisa dijo...

Para los varones debe haber sido más difícil encontrar un lugar en la sociedad, pasar de la fantasía de los juegos de la infancia y la adolescencia, a las responsabilidades del adulto.
La niña quizás se sintió más atraída por el rol adulto que desempeñaría en el futuro y quiso empezar a practicarlo desde chiquita. La desvalorización del rol de la mujer es algo que la niña pequeña no percibe. Deben pasar unos años para que sea contaminada.

Anónimo dijo...

Hace tiempo que los varones no estudian para ser Don Quijote. Se terminaron los idealismos, las utopías. Los héroes son seres absurdamente omnipotentes, individualistas, que no tienen proyectos en común con otros hombres.

Raúl dijo...

Estoy de acuerdo con quien haya sido que escribió el comentario anterior. Nadie espera quijotadas de nadie. Nos enfocan para que trabajemos y ganemos dinero. Al mismo tiempo circula el mensaje de que trabajar es para mediocres y que ganar dinero prostituye a la gente. No sé como hacemos para no volvernos locos.