martes, 3 de agosto de 2010

Origen de la desocupación laboral

Imaginemos por un momento que usted y yo estamos encargados de resolver asuntos de estado en nuestro país.

Podríamos pensar que los pobres eligen serlo y que por lo tanto no tenemos que preocuparnos de sus carencias.

Hablando con uno de ellos, nos enteramos que él no quiere ser pobre, pero no consigue trabajo.

Usted y yo nos miramos y pensamos: «¡Caramba! No habíamos pensado en eso. Podemos desentendernos de los pobres, siempre y cuando haya trabajo suficiente para todos los que quieran trabajar».

Conseguir trabajo para todos, no es fácil. Tenemos que lograr que muchos empresarios quieran invertir en algún emprendimiento que demande mano de obra.

Salimos a buscar inversionistas que quieran tener buenas ganancias en nuestro territorio, instalando fábricas y comercios que den ocupación a todos nuestros ciudadanos en condiciones de trabajar.

A poco de hablar con varios de ellos y contarles nuestra idea, notamos que les parece bien, pero no los notamos muy convencidos.

Con usted nos preguntamos ¿qué les pasa a estas personas que no quieren ganar más dinero? Los emprendedores se caracterizan por tener una ambición ilimitada. ¿Se habrán vuelto repentinamente sobrios? ¡Justo ahora que necesitamos que sean muy ambiciosos para darle trabajo a nuestros ciudadanos!

En una reunión de trabajo con un grupo de inversionistas extranjeros, nos enteramos cuál es la causa de que no tengan tantas ganas de darles trabajo a todos nuestros ciudadanos.

Resulta que cuando en un país la desocupación baja demasiado, es difícil conseguir buenos trabajadores (porque están todos ocupados), y para lograrlo, es preciso pagar salarios más altos, con lo cual las ganancias disminuyen y ya no es tan interesante arriesgar capital.

¿Entonces los que dan trabajo necesitan que haya gente sin trabajo para que los salarios no sean tan altos?

¡Quién lo hubiera pensado!

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13 comentarios:

Natalia dijo...

Y tampoco podría el Estado ponerse a regular nada porque los inversionistas se tomarían los vientos. Qué complicado!

Oriente dijo...

La solución es preparar a la gente desocupada (que quiere y puede trabajar) para que inicie su propio micro-emprendimiento y apoyarla con un seguimiento hasta que la empresa se estabilice. Sé que hace mucho tiempo que esto se viene haciendo y da buenos resultados. De todos modos la desocupación cero no es posible, y paradojalmente es un buen síntoma, significa que vivimos en democracia.

Paty dijo...

Ud sí que es didáctico Doc! Tendría que haber muchos economistas que supieran explicar las cosas así.

Sandra39 dijo...

Otra posibilidad es ocupar a los malos trabajadores y pagar sueldos bajos. Igual imagino que esto tampoco sería rentable, porque se viviría lidiando con huelgas y ocupaciones, además de no llegar a una buena calidad del producto o del servicio.

Martina dijo...

El artículo de hoy podría adaptarse como un cuento para niños, con ilustraciones. Incluso los protagonistas podrían ser animales (ojo, no ser tendenciosos y hacer aparecer a los empresarios como lobos). Me imagino que la historia podría comenzar así: Había una vez un grupo de abejas muy trabajadoras que vivían en un enorme panal dorado. La abeja reina estaba preocupada porque... y así.

el oriental dijo...

El emprendedor del Bar Carlitos (son decenas y no voy a decir cuál de ellos) hace tiempo que dejó su ambición abajo del mostrador y cerca de las moscas.

Magela dijo...

Hoy por hoy se han facilitado mucho las cosas. Hasta hay instituciones que entre sus servicios, te enseñan a armar tu currículum, a presentarte de forma adecuada frente al empleador y a no comerte las uñas.

Chapita dijo...

Yo sé cómo hacer para que los empresarios de los países nórdicos vengan a invertir acá. Basta con decretar que "a persona alta, salario alto", es decir, una retribución directamente proporcional a la altura. Como en Uruguay casi todos somos bastante retacones, problema solucionado.

Anónimo dijo...

Mire que la ambición va y viene. Hay días que me despierto ambicioso, pero veo a los niños con las figuritas del mundial de fútbol y me digo "qué más da!".

Juan José A. Z. W. dijo...

Conseguir trabajo no es conseguir cualquier trabajo. Yo no me voy a poner a doblar alambres como el personaje del artículo del otro día. A mí que se me valore. Y que se me pague bien. Eso de empezar de abajo es puro mito. Desde el principio hay que apostar alto. Que todavía no tuve mi primer experiencia laboral? Y sí, es cierto, pero que apuro tengo. Yo vengo de una familia bien y mis viejos invierten en mi educación porque no son de esos brutos que traen hijos al mundo para hacerlos laburar. Además papá tiene muchos amigos, y no estoy hablando de gente cualquiera. Mientras tanto estudio y hago deporte: "mente sana en cuerpo sano".

Carla dijo...

Nooooo! Tipos como Juan José a esta hora de la mañana me inducen el vómito.

Falabella dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Falabella dijo...

Pienso que el "pleno empleo" no es ilusorio desde las cs. económicas, claro está. Por ende, es un desafío para los cuadros que se dicen profesionales.

Juan José, es buena la perspectiva que manejas, pero la realidad socio- cultural es el impedimento de tantas vulgaridades que se reconocen en boca de quienes- como dices- prefieren traer hijos al mundo concebidos de mitos laborales, del tipo: se empieza de abajo. Me encantaría tratar o animar al autor a escribir sobre ello, estoy dispuesto a ello también. Pues si la gestión de planes no es una labor teórica, un Keines ó un Peter Drucker no habrían invertido a esa pirámide- se empieza de abajo- para hacer por un oficio agradable y eficiente al mismo tiempo.
Pues miren ésta nota que da al sistema esa retroalimentación en materia de empleo, disfrute y buen hacer en: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1291288

Saludos a todos