Si alguna vez se extasió mirando una puesta de sol, se habrá enterado de cuán rápido la tierra está girando.
Cuando falta un trocito muy pequeño de sol para desaparecer del horizonte, es fácil percibir que se oculta rápidamente.
Este momento del día, es —junto con el amanecer— el único que nos permite apreciar que estamos girando a mayor velocidad de la que percibimos.
También necesito recordar ahora la fábula de la liebre y la tortuga.
Jugaron una carrera, y la veloz liebre, confiada en su ligereza, se echó a dormir, mientras la lenta tortuga dio uno tras otro, sus parsimoniosos pasos hasta ganarle a la dormilona.
Este artículo tiene la intención de invitarlo a hacerle trampa a quienes lo rodean.
La mía no es una intención ni buena ni mala. Ya verá por qué se lo digo.
Recibimos más influencias de las que percibimos. Estamos muy pendientes de lo que opinan nuestros seres queridos, que van desde quien más amamos a quien menos nos llama la atención.
Cuando alguien está sumido en lo que llamo pobreza patológica, participa de un fenómeno que comprende a muchas personas.
No faltan estudiosos que afirman que todas las enfermedades son sociales, pero quizá estén exagerando un poco.
Lo que sí es cierto, es que las dificultades psicológicas tienen una especial dependencia del entorno social de quien las padece.
La trampa que le quiero proponer es que, con la mayor lentitud posible, sin despertar sospechas, con todo el sigilo del que sea capaz, comience a retirarse del grupo al que pertenece.
Sé que es difícil, pero también es difícil abandonar el alcoholismo pero el esfuerzo pequeño y constante que propone Alcohólicos Anónimos, es el único que logra resultados terapéuticos.
¡Aléjese —lento pero sin pausa— de quienes lo aferran a la pobreza!
●●●
10 comentarios:
Suponiendo que existan conceptos, instituciones y personas que nos aferren a la pobreza, alejarse es muy difícil, como ud mismo dice. Abandonarlos implicaría un enorme esfuerzo por quedarse junto a ellos por lo bueno, positivo y alejarse de lo malo, lo que nos perjudica. Sería una especie de disección bastante complicada.
No entiendo porque hay que retirarse sin despertar sospechas.
YO SOY FRONTAL
Alejarse del grupo de pertenencia es bastante riesgoso.
Pertenezco a una familia de pobre patológicos. Quiero irme del país.
Qué tiene que ver que el tiempo pase rápido con abandonar al grupo de pobres patológicos que nos rodea?
Y... Jorge, si no te apurás (sin perder la serenidad) la vida se te va.
El alejamiento tiene que ser mental, no necesariamente físico.
Mientras vivas rodeado de tu familia de origen, crecerás dentro del molde de tus apellidos.
Para cambiar hay que rodearse de personas que piensen distinto.
Publicar un comentario