Retrocedamos tres mil años en la historia de la humanidad.
Los varones se dedicaban a la caza y a la pesca, mientras las mujeres recolectaban alimentos de las inmediaciones a sus casas.
Ellos, quizá por no estar tan bien dotados como ellas para cuidar a los niños, los enfermos y a los ancianos, se alejaban de sus familias por varios días buscando las mejores presas terrestres, voladoras o acuáticas.
Las artes de la caza o de la pesca, requieren de gran pericia, experiencia, conocimientos, poder de observación, ingenio, paciencia, puntería, tomar riesgos, pasar privaciones.
Algo muy importante para desempeñar estas tareas, consiste en conocer los hábitos y ciclos de comportamiento de las presas, para ser oportuno, aplicar las técnicas adecuadas (trampas, señuelos, sorpresa), con el menor esfuerzo y máximo rendimiento.
Podríamos resumir esta búsqueda de suministros, en que las mujeres conseguían los alimentos de origen vegetal, aves de corral y lácteos, mientras que los hombres proveían principalmente los alimentos ricos en proteínas (grandes mamíferos, peces, aves silvestres).
Volvamos rápidamente a la época en que vivimos usted y yo para verificar que, tres mil años a esta parte, han cambiado los instrumentos aunque no los procedimientos.
Las mujeres siguen estando mejor dotadas para atender a los hijos, enfermos y ancianos (aunque ya muchas familias han tenido que distribuir de otra forma estas ocupaciones) y los varones están mejor dotados para ocuparse de tareas fuera de la casa (aunque muchos hombres están trabajando en sus casas e inclusive cuidando niños, enfermos y ancianos).
Actualmente, los varones también tienen que conocer los hábitos y ciclos de comportamiento del mercado, tienen que ser oportunos, aplicar técnicas adecuadas (informarse de las novedades, de las ofertas, demandas y oportunidades), quizá utilizando exclusivamente su computadora o teléfono celular como armas que le permitan capturar el dinero necesario.
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11 comentarios:
Si retrocedo tres mil años voy a nacer mucho peor que Benjamín Button.
Nada de eso. Las mujeres teníamos que recorrer kilómetros para recolectar alimentos. Y para peor con nuestros críos a la espalda.
Seguro que los varones se divertían mucho cazando y pescando.
Los hombres están tan bien dotados como las mujeres para cuidar a los niños (salvo que estén siendo amamantados), los enfermos y los ancianos. Eso es una cuestión cultural.
Pero está bien, tenemos que reconocer que ellos son más fuertes para cazar, por ej.
Aunque no sé que estará primero, si el huevo o la gallina. De pronto su complección física se debe a que permanecían más activos en los largos y sucesivos períodos durante los cuales las mujeres estaban embarazadas.
Dígaselo a mi marido, que no captura ni un billete del piso.
Dígaselo a mi marido, que no captura ni un billete del piso.
Si se hicieron tantas películas sobre la máquina del tiempo, va a ver que tarde o temprano se convertirá en realidad, como las novelas de Julio Verne.
Lo mío es el mundo del hogar. Cuando me escapo al monte es para otra cosa.
Si es por mi dotación genética, me viene de perillas trabajar en el hogar desde mi compu. (Bien cerquita del refrigerador).
Hace tres mil años, en mi otra vida, fui hombre y cazaba mamuts. En la horda se me tenía gran respeto porque nunca le erraba a la presa.
Cómo son las aves silvestres?
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