miércoles, 18 de agosto de 2010

El tabaquismo religioso

En otro artículo (1) comentaba las contraindicaciones de la popular esperanza.

Hace ya unos años, la población mundial recibe señales terroríficas contra el consumo de tabaco.

Así como en la antigüedad era necesaria la palabra de los religiosos para darle credibilidad a ciertas creencias convenientes para los poderosos, hoy tenemos a la medicina (como heredera de las religiones) embanderada con esa misión de salvar a la humanidad del terrible flagelo.

Es probable que el tabaco no sea una medicina tan beneficiosa como la aspirina, los antibióticos o los antiinflamatorios.

Digo «es probable», porque ignoramos hasta qué punto estos productos artificiales dañan nuestra salud.

¿Qué ocurre con la esperanza?

Es una enfermedad que:

— nos distorsiona fuertemente nuestra, de por sí, pobre registración de la realidad;

— nos alienta fantasías de omnipotencia, (siendo que la omnipotencia es el sentimiento por causa del cual se producen más accidentes, imprudencias, negligencias y acciones impulsivas);

— nos saca del presente, ubicándonos en un lugar irreal —el futuro—, para negar la existencia de lo que ‘aquí y ahora’ ocurre y sobre lo cual es posible realizar alguna acción eficaz que nos beneficie,

Los afectados por la esperanza, son utilizados por las religiones que están al servicio de desestimular la riqueza de los esperanzados, y así facilitar el enriquecimiento de los poderosos, realistas y acaudalados, quienes a su vez, retribuyen a esas promotoras de esperanza (las religiones), con generosas donaciones para remunerar la colaboración recibida (comparten las ganancias).

Como las religiones están perdiendo adherentes,

1º - los ricos agitan mediáticamente el temor al tabaco;
2º - se estimulan nuestros rasgos hipocondríacos;
3º - buscamos refugio en la esperanza;
4º - aceptamos con docilidad cualquier promesa;
5º - bajamos nuestra capacidad crítica;
6º - y (sin la colaboración de las religiones) aceptamos postergar nuestro bienestar para después de la muerte.

(1) La esperanza es una enfermedad


Artículos vinculados:

Pobreza es temer al deseo

Apagar el cigarrillo con 2 litros de agua

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12 comentarios:

M. Eugenia dijo...

Qué tiene que ver la esperanza con el consumo de tabaco?

Aldo dijo...

Tratando de responder la pregunta de M. Eugenia, pienso que a causa de los perjuicios para la salud que causa el tabaco, quienes lo consumen tienen siempre la esperanza de lograr algún día dejarlo. Pero igual, creo que esto no responde la pregunta de M. Eugenia (que es la misma que yo me hago).

Elbio dijo...

Me parece poco realista pensar que el tabaco no daña la salud. Lo que sucede es que algunas personas, por sus particulares características biológicas, no llegan a padecer las enfermedades más graves.
Algo que sí podemos comprobar todos los que fumamos alguna vez, es que luego de dejar el tabaco, aumenta la capacidad respiratoria, y eso evidentemente mejora una parte (nada desdeñable) de lo que es nuestra salud general.

Alicia dijo...

Lo que dice Elbio está bien, pero no toma en cuenta que el tabaco provoca un beneficio para la salud, que es disminuir la ansiedad y aportar momentos de placer. Claro que eso podemos lograrlo mediante otras actividades que nos perjudican menos.

Marcia dijo...

UN MOMENTO. Aquí el tema no es el tabaco, es la ESPERANZA. Parece que todos quieren reuile al tema.

Lucas dijo...

Las religiones te hacen postergar el bienestar presente (sobre todo el económico), por la esperanza en un futuro perfecto.
Del mismo modo, la medicina te pide que postergues tu bienestar presente (fumar) por la salud que recuperarás en el futuro. Entonces uno se imagina que si deja de fumar va a ser un atleta con un físico forlanesco, que va a correr por la rambla con una sonrisa entre los labios mientras llena sus pulmones de aire puro (y monóxido de carbono).

Cacho dijo...

Aquí y ahora voy a realizar unas acciónes que me beneficien: dejaré la timba, el tabaco, el alcohol, los asados, el choripán, el viagra, la moto... y mi vida.

Facundo Negri dijo...

Si el tema es la esperanza, entonces que titule de otra manera.

Rulo dijo...

Las religiones chorrean sangre porque están perdiendo adherentes.

Celeste dijo...

Rulo, qué chancho!!!

Irene dijo...

Si bien el futuro es un lugar irreal, la mayoría de las veces llega a tiempo para transformarse en un lugar real.

Martín dijo...

Para mí que las promotoras de la esperanza reciben generosas donaciones porque son terribles gatas.