viernes, 16 de julio de 2010

Pobreza es temer al deseo

El azúcar es un alimento vegetal muy dañino.

Cuando el páncreas no funciona adecuadamente, aumenta la peligrosidad de la diabetes (cantidad de azúcar en la sangre), causando graves consecuencias en corto plazo (ceguera, lenta cicatrización, problemas circulatorios severos).

El azúcar es determinante en los desequilibrios metabólicos generadores del sobrepeso (obesidad), envejece prematuramente la piel, produce caries y enfermedades de las encías, se lo asocia a ciertas dificultades cardíacas, aumenta la reacción al estrés, dificulta la asimilación de las vitaminas A, B12, C, y del calcio, magnesio y ácido fólico.

Por su parte, ¿qué podemos decir del tabaco?

También es un vegetal, cuyo consumo en forma de cigarrillos y puros, traería graves consecuencias orgánicas.

Aumenta el riesgo de contraer cáncer en los pulmones, laringe, aparato digestivo y urinario.

Predispone a la bronquitis crónicas, el enfisema y a la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

Se lo asocia con la arterioesclerosis, especialmente en las arterias coronarias,

Si usted ha probado el azúcar y ha fumado, seguramente estará de acuerdo conmigo que ambos consumos son ampliamente satisfactorios, agradables, placenteros.

Una mayoría de personas ha contraído mucho miedo al placer y sienten que su deseo es algo diabólico que lo posee, porque los estimula para realizar actos socialmente condenables (fornicar, comer, holgazanear, divertirse), presumiblemente porque dificultan las actividades productivas generadoras de ganancias para los capitalistas que dan empleo a esa mayoría que aprendieron a temerle al placer y al deseo.

Primero fueron los sacerdotes los que inculcaron el miedo al placer (en beneficio de los ricos) y ahora se unieron los médicos con sus campañas de terrorismo ideológico-sanitario.

Conclusión: Siendo que el azúcar y el tabaco son las principales fuentes de ingresos de Cuba, ¿no estaremos participando en el bloqueo económico que le fuera impuesto por Estados Unidos hace varias décadas?

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8 comentarios:

Clarisa dijo...

Es realmente una desgracia, todo lo que nos gusta o hace bien tiene contraindicaciones. El azúcar, el alcohol, el tabaco, el chocolate, los medicamentos, el dulce de leche, la carne, la manteca, etc, etc.
Se podría decir que vivir es caminar hacia la muerte, y de hecho es así. Aceptémoslo y disfrutemos de la vida. Se pasa rápido.

un diabético con cáncer de pulmón dijo...

Daré mi vida por la revolución. Todos los días comere merengues y fumaré un puro.

Filisbino dijo...

Los que se toman demasiado en serio a los sacerdotes o a los médicos o a los psicólogos, son una minoría.

Verónica dijo...

No temerle al deseo es muy difícil.

Adolfo dijo...

Me parece que los grandes capitalistas comparten los mismos miedos al placer y al deseo que sus empleados.

Roque dijo...

Para hacer lo que a uno se le cante en cualquier momento, no hay que contraer ningún tipo de compromiso. Pero siempre tenemos algún tipo de compromiso; trabajamos, tenemos hijos, nos casamos, tenemos amigos, padres, perro, es casi ineludible sustraerse de alguno de estos.

Sandra39 dijo...

Tampoco se trata de hacer lo que se te cante. Roque exagera bastante. Acá lo que se plantea es permitirse disfrutar, no tenerle miedo al placer, conocer qué nos hace sentir bien.

Tiago dijo...

El terrorismo ideológico del sanitario, también es peligroso; los sanitarios piensan que se debe destapar todo.