El dinero es un bien material, apto para ser canjeado por casi todos los demás bienes y servicios, materiales e inmateriales.
Existen las expresiones «dar dinero» (donar, regalar, entregar) y «prestar dinero», en cuyo caso deberá existir un acto de devolución futura.
Una vez precisados los conceptos de «dar» y «prestar» con un ejemplo que todos entendemos, paso a un tema similar.
«Atender» equivale a «dar», porque cuando alguien nos habla, dejamos de interesarnos por nuestros asuntos y nos interesamos por los asuntos de quien los expone.
Cuando con el interlocutor existe un intercambio genuino, es decir, que ambos se escuchan, se atienden y el interés por los asuntos del otro, es rotativo, podemos decir que se «prestan atención» (ya que primero la dan y luego la reciben).
En muchos casos la «atención» que uno «da» o «presta», funciona como funciona el dinero. Me explicaré.
Todos necesitamos ser escuchados, mirados, atendidos. Nuestro instinto gregario, nuestra necesidad de amor, afecto y reconocimiento, nos vuelve dependientes de los demás. Por eso necesitamos que nos tengan en cuenta, que nos atiendan, que nos demuestren estar interesados en nuestros asuntos, que nuestra existencia no le resulte indiferente a la sociedad.
Los medios de comunicación pueden llegar a tomar gran parte de nuestra atención.
Cuando alguien mira televisión, escucha radio o lee (libro, revista, periódico), está atendiendo, está dando, se está interesando por los asuntos del otro, sin embargo, el televisor, la radio o el texto, no atienden al usuario.
Alguien puede decir: «Ellos me dan información, diversión, entretenimiento».
Es cierto, aunque habría que expresarlo diciendo: «Ellos logran que me interese más por sus asuntos que por los míos».
Si la «atención» fuera dinero, todo el tiempo que estamos atendiendo los asuntos ajenos (noticias, comedias, artistas), estamos haciendo donaciones, regalando, dando, desatendiéndonos, empobreciéndonos.
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9 comentarios:
La TV y la radio me hacen sentir acompañada. Para que me suceda lo mismo con un libro, tengo que pasar los primeros momentos de caldeamiento y sumergirme en la lectura. De todos modos, siempre cuando me pongo a leer dejo música de fondo.
Sería conveniente para mí, reservar el espacio de la televisión para programas que me interesen particularmente, y ganar un montón de horas libres por semana para usarlas mejor.
Odio prestarle tanta atención a mis problemas. Ellos no se dejan solucionar.
Me he topado muchas veces con gente que de pronto te escucha pero no da la impresión de que te estuviera escuchando. A mí me frustra mucho, me quita las ganas de hablar.
Nunca damos toda la atención porque siempre nos queda algún sentido alerta, al servicio del instinto de conservación.
Los medios de comunicación desvían la atención de nuestros asuntos y no nos obligan a mantener una actitud cortez o concentrarnos, como sí sucede cuando dialogamos con otra persona.
Si quiero estar insertado socialmente debo atender el afuera, aunque el afuera no me atienda a mí.
En todos lados hablan de mí. En la TV, la radio, cada vez que abro un libro. Yo ya estoy acostumbrado.
Mi tiempo vale, por eso quiero invertirlo bien.
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