sábado, 7 de febrero de 2009

Euro S.A.

Al observar un billete de banco cualquiera (dinero de papel), veremos que está lleno de datos identificatorios: País, institución emisora, número, serie, varias firmas. Sin embargo, se dice que «el dinero no tiene marcas».

Si usted encuentra un billete en la calle, seguramente nadie podría reclamarlo excepto en el improbable caso de que el propietario hubiera conservado los datos identificatorios mencionados recién.

Por lo tanto ese papel que tiene el poder de ser canjeable por infinitas mercancías y servicios, es un objeto anónimo.

Cuando realizamos algún acto generoso, estamos dispuestos a darnos a conocer, o al menos, no corremos ningún peligro si al hacer una donación informamos nuestra identificación.

Por el contrario, cuando realizamos algún acto perjudicial, nos cuidamos muy bien de hacerlo bajo el más estricto anonimato.

Por lo tanto: el anonimato es legítimamente asociado con lo condenable.

De esta particular deducción, podemos pensar que algunas personas quieran tomar distancia inconcientemente del dinero porque, como «no tiene marcas», es anónimo y por tanto condenable.

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15 comentarios:

Anónimo dijo...

El dinero tiene marcas como ud dice, sólo que no las tomamos en cuenta. A nadie parecería importarle.

Anónimo dijo...

Me gustaría hacer el bien sin mirar a quien pero siempre termino pensando que favorezco sólo a quienes puedan retribuirme.

Anónimo dijo...

Me recuerda aquello de "tirar la piedra y esconder la mano". También pienso de que mucha gente dice de que "el dinero es sucio". Por algo se dice...

Anónimo dijo...

Debo ser sincera que vengo a este blog y otros otros suyos porque todos los días tiene imágenes preciosas. Ni sé sobre que escribe ud. No se enoja verdad? Un saludo a todos y todas.

Anónimo dijo...

Por mi primer trabajo remunerado en la vida me entregaron un solo billete grande y recuerdo que me quedé tirada en la cama mucho tiempo imaginando quienes lo habría ganado igual que yo, qué habrían hecho con él, que conversaciones presenció, que fantasías produjo. Me costó mucho gastarlo porque significaba demasiado para mi.

Anónimo dijo...

Al dinero lo queremos por lo que tiene y no por lo que es (un papelito con dibujos). Habré entendido lo que usted comunicaba días pasados?

Anónimo dijo...

Mi cabeza funciona como la de un robot. Cuando en un comercio me atiende alguien sin identificarse, enseguida corto y llamo a otro competidor hasta que me atienda alguien que se identifique. Mi marido dice que estoy loca. Es probable.

Anónimo dijo...

Cierta vez fui a un baile de disfraces donde realmente no pude saber con quienes estuve y me dejó un retrogusto amargo. No aceptaría otra invitación así.

Anónimo dijo...

Les recomiendo la peli Ojos bien cerrados. Está buenísima. Fue la úntima de Stanley Kubrick. La hizo y se murió. Dramático hasta para él mismo. jiji

Anónimo dijo...

No sé si tiene alguna relación, pero me molesta mucho que cuando en el cine muestran quienes trabajaron en la película, los muestran tan rápido y al final que uno no puede leerlos. Igual que las cosas que dice un billete, que como ud dice, no se leen.

Anónimo dijo...

Nunca imaginé el poder destructivo que puede llegar a tener un mensaje anónimo. Mi esposa creyó ciegamente lo que le dijeron telefónicamente y estoy en verdaderas dificultades no sé bien por qué.

Anónimo dijo...

Acá aparece lo que ud dice sobre la falta del sentido común en las acciones nuestras porque esta asociación entre el anonimato del dinero y la maldad, es bastante traída de los pelos.

Anónimo dijo...

Por lo tanto un billete de banco poseería la contradicción de ser "un anónimo firmado". Qué extraño no? jojo

Anónimo dijo...

Por lo que he leído acá pienso otra cosa. La asociación entre dinero y maldad puede venir, no tanto porque "no tiene marcas" sino porque uno piensa que el dinero satisface deseos y los deseos pueden ser mezquinos, perversos, diabólicos.

Anónimo dijo...

Siempre suponiendo que lo anonimo es condenable, o sea humano. Pero a veces detrás de una hermosa máscara puede encontrarse con una agradable sorpresa. También le recomiendo la película: Ojos Bien Cerrados, al igual que Aparicio.