Imaginaré dos personajes. Uno de ellos es muy pacífico, casi nunca se enoja y perdona generosamente los errores de los demás. El otro, es la antítesis: se pelea con mucha gente, se enoja rápidamente y es bastante rencoroso.
Pensemos además que ambas personas están dentro de los límites de la salud mental. Descartemos la hipótesis de que alguno de los dos sobrepasa el extremo de sus respectivos temperamentos.
Pues bien, es muy probable (no seguro) que el irritable tenga más energía que el pacífico. Si tiene más energía —y siempre en la hipótesis de que es alguien mentalmente sano— quizá tenga más dinero que el tranquilo.
En general la energía surge de la contrariedad, del desequilibrio, de la irritabilidad, de la intolerancia y la energía no es necesaria y hasta se fuga en las personas que no la necesitan: tranquilos, mansos, tolerantes, algo indiferentes.
Si la naturaleza hiciera un reparto equitativo, le daría más energía a quien la consume en sus luchas y contrariedades personales y no se la daría a quien no la necesita porque todo le cae bien.
Resumo: El mal carácter suele estar asociado a una mayor productividad. La riqueza suele estar asociada a la agresividad y la pobreza a la actitud pacífica.
Insisto: Hablo de personas mentalmente sanas y NO son características que posee el universo de los individuos. Pueden existir agresivos pobres y pacíficos ricos.
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26 comentarios:
Soy mellizo con mi hermano y nuestros padres fueron irracionalmente severos cuando éramos pequeños. Con apenas 17 y 18 años nos fuimos a otra ciudad y ni denunciaron nuestra fuga. Pero él copió aquella agresividad mientras que yo reaccioné todo lo contrario: odio todo tipo de violencia.
Lo que el doc dice al final es lo que conozco en un dirigente del sindicato de los tejedores, acá en Medellín. Es muy muy pobre pero su fuerza de enfrentamiento es de un poder enorme. Tememos que lo maten los patrones.
Por lo que usted dice entonces, no sé si los ricos caen mal porque producen envidia o porque tienen que ser antipáticos para poder ser ricos.
Las mujeres parece que nacimos para tener una sonrisa pintada en la cara y juro por mi madre que son muy pocas las veces que tengo ganas de sonreir, pero minuto a minuto necesito que me amen.
Me llama poderosamente la atención que usted que se dice psicoanalista, proponga que una persona de mal caracter y agresiva sea mentalmente sana. O es una cosa o es la otra.
Mi hijo de cuatro años es muy agresivo. Yo diría que es malo. No para de hacer todo lo que molesta, hace bulla cuando el hermanito está durmiendo, no acepta que le haga mimos. Cuando estaba embarazada de él tuve muchos problemas con mi esposo (aún los tengo) y supongo que eso pudo haberlo afectado. No creo que sea un agresivo sano como usted dice que puede ser alguien.
Dicen que la vida es la mejor maestra. Si es así, conmigo ha sido muy golpeadora. Pedagogía CERO.
Los artículos suyos a veces tienen más conceptos de los que caben en tanta brevedad, y acá podría estar faltando que la agresividad es económicamente productiva sólo cuando está acompañada por la educación que permita canalizarla adecuadamente.
Si me permite dar una opinión, el mundo es un gran campo de batalla donde sólo pueden subsistir los que tienen alguna aptitud bélica.
a veces nos preocupamos porque alguien es más agresivo que el resto, como si fuera una cosa patológica, pero entre los animales también pasa algo así. Los perros, sin ir más lejos, tiene distinto caracter y puede ser necesario un adiestramiento muy violento para que puedan vivir con los humanos y con otros perros.
Los organicistas (que no creen en la psiquis como algo inmaterial), seguramente puedan tener alguna hipótesis de por qué algunas personas somos más agresivos que otras.
"Si la naturaleza hiciera un reparto más equitativo" de energía, dice en el artículo, y justamente, me parece que acá se aplica aquello de que "Dios le da pan a quien no tiene muelas". Sin exagerar, para mi que la distribución natural es al revés.
Varias veces le he leído defendiendo a la agresividad y hoy me decido a comentar acá que no puedo con la conducta de mi hijo de 8 años, tiene dos o tres rabietas diarias, grita, rompe cosas, agrede a mi esposo y conmigo lucha y cada vez tengo más dificultad para bloquearlo y que no haga más daño. Es horrible su agresividad. Estoy desesperada. No puedo pensar como esta condición puede tener algo de positiva.
Estimado Licenciado: No sé que decirle. Es muy convincente lo que razona y como lo fundamenta, pero mi corazón huye despavorido de estas ideas. Me parece que huyo de la realidad y que estoy perdiéndome algo demasiado importante, pero no puedo parar de correr. Lo amo y lo odio. Si, a usted.
Los sindicatos son muy agresivos, violentos y hasta despiadados cuando luchan por sus reivindicaciones. Como son muchos y organizados, no es fácil darse cuenta que en realidad están siendo muy mezquinos y que eso mismo hecho por uno solo de nosotros, nos merecería el más categórico de los repudios.
Alguna vez leí: Si tiene miedo a su agresividad propia, mírese la dentadura y comprenderá que pertenece a una especie que posee caninos para desgarrar el cuerpo de sus víctimas.
¡Suena muy duro!
No me parece que la energía se canalice de manera prioritaria en agresividad. Trabajo, deporte, creación, actitud persistente; en todo eso se puede poner la energía sin recurrir necesariamente a la agresividad.
Cuando algo te enoja lo pasás mal, salvo que seas una persona que siempre va a la acción. El que hace, reacciona, vuelva a hacer, escapa de lo que sucede en su cabeza, salvo que esta se le imponga a través de fobias, alucinaciones, etc.
Vivo indignado con casi todo lo que sucede a mi alrededor pero no puedo pelearme con las personas que más quiero. Ahí la paso mal.
Si lo que ud dice es cierto, comenzaré por eliminar los tranquilizantes de mi dieta!
El agua tiene que caer y golpear para generar energía.
Algo me come la energía y no sé que es. Le aseguro que no es el espíritu bélico, soy manso como un cordero.
No sé por qué se confunde agresividad con iniciativa ¿alguien me puede explicar?
Lo que dice tiene que ver con eso de que "el que no llora no mama" . Sin embargo para insistir y buscar más que agresividad lo que se necesita es fe. Fe en uno mismo y en lo que te puede dar la vida.
Yo soy super-tranquila pero a veces, cuando es algo que me importa, salto como una ridícula, demasiado vehemente y al final se terminan riendo de mi descontrol.
Para enojarse a menudo hay que ser bastante irracional y muy temperamental. Por que los motivos de enojo, una vez que te los ponés a analizar, quedan sin fundamento.
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