sábado, 28 de febrero de 2009

Retorno al Paraíso

Imaginemos una persona que recibe permanentemente todo lo que necesita: Alimento, abrigo, protección. Cada vez que siente algún malestar, algo se lo alivia automáticamente.

Para muchos esta situación existirá en un futuro si cumplen en vida con una cierta conducta y quien decida esa existencia feliz es un ser superior que llamaremos Dios.

Según parece esta idea no surge de la nada. Todos hemos pasado por una etapa de gestación en el vientre de nuestra madre donde nos tocó vivir en una especie de Paraíso.

Claro que estas experiencias fueron olvidadas, pero no se puede negar categóricamente que en algún lugar de nuestra mente (en el inconciente, por ejemplo) aún conservemos un vago recuerdo que nos aliente la esperanza de volver a repetirlo.

La idea de retorno está en nuestras cabezas. Para muchos la muerte es como un volver a empezar; es como un ciclo que se cierra para recomenzar, como si la vida, en lugar de ser una línea recta que empieza y termina, fuera un círculo que nunca empieza y nunca termina.

Claro que ninguno de nosotros se reune con los amigos para hablar de estos temas, pero cuando en la vida adulta nos enfrentamos a la necesidad de ganarnos el dinero que nos permita subsistir, probablemente lo encaremos con el desgano de alguien que estuvo en un Paraíso y luego fue condenado (no sabe por qué razón), a vivir en esta economía de mercado, en este mundo capitalista, en una guerra de todos contra todos, que bien podría ser el Infierno.

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19 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo la posibilidad de visitar los países del primer mundo porque me pagan los pasajes, la estadía y las comidas, pero no quiero ir porque sé que cuando vuelva a este pequeño pueblito, me voy a sentir muy desgraciada.

Anónimo dijo...

La verdad que sí, este mundo es un disparate, pero lo contrario es la nada. Así que al hecho pecho y tratemos de aportar algo positivo mientras estamos en el viaje.

Anónimo dijo...

Alguna vez sentí esa creencia de que uno tiene recuerdo de la época fetal, pero me parece un invento más para entretener. Yo no recuerdo absolutamente nada ni de cuando tenía 3 años. Menos voy a recordar cuando eran una embriona.

Anónimo dijo...

¡Oh no, chica Grey! Aprovecha que tú puedes viajar y cuando vuelvas traé ideas, contale a tus amigas, entusiasmá a tus hijos!

Anónimo dijo...

Entonces su propuesta es que los que no logramos progresar en el plano económico, estamos desmotivados porque venimos de una vida fácil, de millonario, y esto de tener que esforzarnos hasta para respirar, nos produce una depresión que nos deja sin fuerzas.

Como sugerencia quizá no sirva pero como pieza de ficción sabría valorarla. Lo pensaré. Se lo prometo. Saludos.

Anónimo dijo...

Cuando vivía con mis padres siempre tenía todo solucionado, no tenía idea de cómo era la vida. A ellos nunca los escuchaba quejarse, salvo a papá por la falta de luz natural en su oficina. Por eso crecí pensando que lo más importante en la vida era tener una ventana bien abierta a la luz y al cielo, para no vivir encasillada como un topo. Y pensé que con eso bastaba. Pero una mente abierta no lo es todo y también te genera sus batallas.

Anónimo dijo...

Los que nacen en cuna de oro ya tienen la mitad del camino hecho. Se lanzan de un buen trampolín y en los mejores casos, reciben las enseñanzas fundamentales de sus padres. Las familias que tienen guita, saben hacerla.

Anónimo dijo...

En el vientre de mamá era peor que en el colectivo a Liniers ¡Qué paraíso ni paraíso, hasta la comida escaseaba! Yo salí pesando menos de 600g, como feto de campo de concentración.

Anónimo dijo...

Para mí la muerte es la idea del no retorno. Si creyese en la reencarnación ya hacía tiempo que había decidido empezar de nuevo. Los que dicen creer en la reencarnación, mmm ... no sé hasta que punto creen, sino cambiarían de vida más a menudo.

Anónimo dijo...

Si se trata de hacer el mango soy una fiera. Nací con ese instinto, tengo ese encanto esa cualidad y mi olfato es de la puta madre!

Anónimo dijo...

Mi creencia es la siguiente: ahora no existimos ¿por qué? porque esto es demasiado pesadillesco para ser real. Somos personajes del sueño de algún malvado. Todos los días, cuando él se despierta, desaparecemos sin enterarnos, y cada noche surgimos nuevamente para solucionar en sus sueños, sus conflictos más aterradores.

Anónimo dijo...

No sé, yo creo que hasta en el Paraíso me como las uvas con desgano. Siempre hice todo con desgano. Hasta cuando saqué la grande, fui a cobrar con desgano. El día que me casé, alcé en brazos a mi mujer con tanto desgano, que se me resbaló y rodó hasta la vereda. Cruzo las calles con desgano y si se pone la roja los autos frenan de golpe y los tipos me putean. Entonces yo les respondo con desgano: seeh!

Anónimo dijo...

Si alimento, abrigo y protección es todo lo que se necesita, entonces alimento, abrigo y protección es amor.

Anónimo dijo...

Siempre quise retornar al quilombo del pueblo. Allí todas son unas madres!

Anónimo dijo...

Recuerdo que en la panza de mi madre no todo fue color de rosa, para empezar porque era muy oscuro y para seguirla porque a mi vieja le gustaba escuchar a "La Chancha Francisca"

Anónimo dijo...

En mi cabeza estaba la idea de la emigración. Ahora que ya me fui, hice una vida, los hijos se casaron, ahora, en mi cabeza está la idea del retorno.
Quisiera que en el momento de morir, estuvieran en mi cabeza los rostros de todas las personas a las que he amado.

Anónimo dijo...

Muy interesante toda esta lectura. Copio y pego de Luis Caorsi: "Las familias que tienen guita, saben hacerla."

En esto quería decir que los que tienen dinero quizá no es que sepan hacerlo sino que no están tentados a abandonarlo como hacemos los pobres.

Anónimo dijo...

Me gustaría saber de dónde sacó la idea de que en un futuro existiría una situación resuelta donde tendremos Alimento, abrigo, protección?

Anónimo dijo...

Inventamos de todo, menos el paraíso.