jueves, 7 de abril de 2011

El imperialismo respetable

En un colectivo organizado democráticamente, logran mejores condiciones laborales los trabajadores que realizan tareas muy necesarias y están organizados en sindicatos incuestionablemente poderosos.

Quienes nos interesamos en los fenómenos sociales, sindicales y políticos, estamos acostumbrados a recibir información referida a una extensa lista de reclamos, conflictos, enfrentamientos, luchas, idas y venidas, huelgas, marchas callejeras, volantes, anuncios, amenazas, represión policial, y otros hechos por el estilo que perturban la convivencia, interrumpen la vida tranquila que todos deseamos.

Cuando no son los taxistas que están hartos de la inseguridad, son los bancarios que aspiran a ganar mejores salarios o son los obreros de la construcción que exigen disminuir los riesgos de su profesión.

En el mediano plazo, es difícil que alguien no haya manifestado su reclamo de tal forma que el resto de los ciudadanos nos demos cuenta cuántas molestias nos causan si no atendemos sus necesidades.

Nadie pasa desapercibido, todos pedimos, reclamamos, gritamos, aplicamos medidas de fuerza, mostramos lo imprescindibles que somos, dejamos en claro que al resto de la población le conviene mantenernos contentos.

Si nos apartamos por un momento del griterío para sacar cuentas, seguramente llegaremos a la conclusión de que los ciudadanos mejor considerados por todos, son aquellos que tienen más fuerza, que más pueden molestarnos. Resumo: en cualquier colectivo democrático, ganan mejor los ciudadanos más temibles.

Por lo tanto podemos aconsejar a nuestros hijos que están en edad de elegir la mejor forma de ganar dinero, que se dediquen a realizar tareas muy necesarias —preferentemente imprescindibles— para la población y que se afilien a sindicatos tan poderosos como para arrancarle a quien corresponda los beneficios que consideren más justos aunque subordinen el interés colectivo a su interés corporativo.

Esta opción amoral es legal y convertirá a nuestros hijos en ciudadanos respetados por ciudadanos respetables.

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9 comentarios:

Andrea dijo...

JA! tiene razón, los respetables no son los respetados.

Leal dijo...

En otras épocas elaborar pan te convertía en alguien imprescindible. Ahora la profusión de todo tipo de galletas envasadas, dulces, saladas, con colorantes y saborizantes, baratas...puaj! toda esa porquería es una infame competencia.

Susana dijo...

Impulsé a mi hijo para que se preparara en las Academias Pitamn y entrara a hacer la carrera bancaria. Ahora ya está dentro de un banco estatal y le va muy bien. Sin embargo el muy estúpido insiste en estudiar psicología. No se da cuenta que los psicólogos pululan como bacterias?! Pero no, él quiere seguir su vocación. Yo ya sé que no le va a dar el cuero para estudiar y trabajar, así que a la corta o a la larga va a desistir.
Como sufre una por los hijos...

Amanda dijo...

Digo yo, los trabajadores no pueden plantear sus necesidades de manera más adulta y reflexiva, como paso previo al del choque.

Norton dijo...

Mientras los trabajadores se perciban como los buenos y vean a la patronal como los malos, el camino que plantea Amanda es imposible.

Carolina dijo...

Me gusta cuando se pone sarcástico, doc.

Samantha dijo...

Si ganaran mejor los más temibles, entonces los del grupo GEO tendrían que ser millonarios!

Leticia dijo...

Es cierto, nuestra sociedad festeja a los que no pasan desapercibidos, a los que protestan, aplican medidas de fuerza, muestran lo imprescindibles que son. Igualito a Christian U., el personaje que cuenta con más fans en el Gran Hermano argentino.
Y agregaría, que se festeja a los que hacen "su juego" dejando a un lado las relaciones humanas (porque los negocios, son negocios); son festejados los pícaros que mienten sin importar las consecuencias, los que se creen poderosos, los que tienen un enorme grupo de admiradores.
El fenómeno Gran Hermano es digno de estudiarse; nos muestra como somos.

Anónimo dijo...

uno sufre cuando los hijos crecen, y quieren experimentar por su cuenta, dejando de lado lo que los padres creen que es mejor para ellos...y creen saber tambien que es lo que sucedera en el futuro
Firmado un psicologo que pulula por ahi , y que trabaja de su prof. desde hace 25 años, por escuchar lo que el queria.