lunes, 25 de abril de 2011

La venta de libertad

En definitiva nuestros ingresos se obtienen vendiendo parte de nuestras libertades individuales (disponer del tiempo, atender nuestras preferencias, decir y actuar según nuestro pensamiento).

Los humanos vivimos de los recursos naturales que poseemos.

Estamos familiarizados con la imagen de los agricultores que salen a la carretera más próxima a su casa y ahí se instala el más joven de la familia a vender (canjear por dinero) lo que han cosechado: hortalizas, frutas, huevos.

Quienes vivimos en la ciudad hacemos algo similar aunque lo que ofrecemos en venta son bienes intangibles.

Los urbanos canjeamos por dinero en forma de salario, algunos derechos a los que estamos dispuestos a renunciar vendiéndolos.

Si los agricultores tienen productos genéricamente denominados «agrícolas», quienes vivimos en la ciudad tenemos productos derivados fundamentalmente de la libertad.

— En tanto mi empleador me paga un salario para realizar ciertas tareas dentro de cierto horario, estoy cediendo, vendiendo, renunciando a ese tiempo libre que tendría si no trabajara.

Por lo tanto aquí tenemos un producto del rubro libertad que llamamos «tiempo».

— En tanto mi empleador me paga un salario para realizar ciertas tareas que él necesita, estoy cediendo, vendiendo, renunciando a hacer lo que tenga ganas en cada momento.

Por lo tanto aquí tenemos un producto del rubro libertad que llamamos «opción» (elección, preferencia, gusto).

— En tanto mi empleador me paga un salario para realizar ciertas tareas según los procedimientos elegidos por él, estoy cediendo, vendiendo, renunciado a mis personales maneras de hacer las cosas.

Por lo tanto aquí tenemos un producto del rubro libertad que llamamos «expresión» (hacer o decir mis pensamientos, ideas, creencias).

Todo lo que vale para un empleador, también vale para atender la demanda de los clientes.

En suma: Los trabajadores ganamos dinero vendiendo libertades a las que no tenemos más remedio que renunciar.

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9 comentarios:

Lidia dijo...

Vendemos libertades para ganar dinero y usamos el dinero para ganar libertades.

Marcela dijo...

A mí se me ocurren todas las cosas que tengo ganas de hacer cuando no dispongo de tiempo.

Rulo dijo...

Es cierto, trabajar es una opción, pero lo hacés porque no te queda otra.

Ernesto dijo...

Si tomamos conciencia de la magnitud de las renuncias que estamos aceptando para trabajar, nos uniremos para defender nuestro salario.

Leopoldo dijo...

No estoy de acuerdo con Ernesto, lo mejor es guardar violín en bolsa y hacer rendir nuestro dinero.

Juan dijo...

Ahora los granjeros mandamos al borde de la ruta al más corpulento, pero igual le aconsejamos no defenderse si le quieren robar.

Fabricio dijo...

Con todos los desodorantes que hay, ya nadie puede vender el sudor de su frente.

Yamandú dijo...

Los soldados se van a Haití o al Congo porque no les pagan bien sus productos libertícolas.

Yony dijo...

Yo me hallo más como vendedor free lance.