sábado, 2 de abril de 2011

Las funciones orgánicas vitales no se delegan

Exagero diciendo: ES SUICIDA DELEGAR LA TAREA DE PENSAR. No exagero diciendo: Los que piensan sólo piensan para beneficiarse.

Una paloma que tenía muy buena relación con los dioses, aprovechó este vínculo para informarles que el aire le ofrecía mucha resistencia y que eso la cansaba.

Los dioses consideraron la situación de su amiga y suprimieron el aire. La paloma ya no pudo volar y recién ahí se dieron cuenta que eso que ellos veían como obstáculo, no lo era tanto.

Para ganar dinero tenemos que aplicar todo nuestro ingenio para entender las cosas como son y no como

— nos enseñaron que son;
— nos gustaría que fueran;
— sería más fácil que fueran;
— la mayoría dice que son;
— proponen los libros;
— los gobernantes y poderosos indican.

Consideremos que actualmente, con la eficiente intercomunicación que podemos disfrutar, una comunidad incluye a casi todos quienes hablan nuestro mismo idioma.

Es normal que entre los integrantes de nuestra comunidad expandida hagamos trabajos para otros y que otros hagan trabajos para nosotros.

Unos se dedican a buscar información y difundirla, algunos preparan comida para que otros ingieran, aquellos refinan petróleo para nuestros medios de transporte.

Es esencial que deleguemos en otras personas la satisfacción de algunas de nuestras necesidades y deseos. Nadie puede abastecerse por sí mismo.

Esta interdependencia es razonable, inteligente, imprescindible... aunque es preciso elegir con cuidado qué satisfacciones personales tercerizamos.

Aunque parezca ilógico, paradojal y peligrosísimo, delegamos en otros una de las tareas más importantes: pensar.

Entiendo que la tarea de buscar por uno mismo la forma de ganarnos la vida, es trabajoso, sobre todo cuando tantas personas simpáticas parecen generosamente dispuestas a indicarnos el camino: científicos, expertos en autoayuda, psicólogos, docentes, gobernantes y una larga lista de «amigos», que intentan ayudarnos como los dioses ayudaron a la paloma.

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8 comentarios:

Selva dijo...

Sólo pensamos en beneficiarnos, mientras estamos sanos.

Lucas dijo...

Pensamos cuando tenemos un motivo para hacerlo. No sé si ese motivo se busca o se encuentra.

Luisa dijo...

Ud. tiene razón. Hay que abrir la cabeza, salir de la rutina, pensar en las cosas fundamentales de nuestra vida. Repeler el pensamiento maniqueo, pero sin caer en la vaguedad improductiva.

Olga dijo...

Por ahora sólo tercerizo la higiene de la casa en María, aunque en cualquier momento me veré obligada a tercerizar la satisfacción sexual de mi marido.

Milton dijo...

El chiste fotográfico es genial!

Manuel dijo...

Una vez, caminando por una inmensa llanura, me encontré con una escalera altísima que se perdía entre las nubes. No era un obstáculo porque estaba en el medio de la nada, y en esos lugares una escalera no puede cortarle el paso a nadie. El tema estaba en que la escalera era tan alta, que era su altura la que se convertía en un obstáculo para cualquiera.
Aunque decidiera no subir por ella, sabría en mi fuero íntimo que en caso de hacerlo, jamás la subiría entera.

Marcia dijo...

Si ud cree que puede entender las cosas como son, no es un digno representante de nuestro tiempo.

Néstor dijo...

Cada vez serán menos los que trabajen, porque el único trabajo consistirá en pensar.