Varias veces he mencionado (1) que la naturaleza se vale del dolor y el placer para estimular en nosotros (y en cualquier otro ser vivo) acciones necesarias para la conservación de la vida (propia y de la especie).
Muchas veces usamos la expresión «ver el medio vaso vacío y no ver el medio vaso lleno» para señalar que alguien está viendo negligentemente sólo una parte de la realidad.
Nuestra percepción está condicionada subjetivamente.
Ejemplo 1) Alguien abre la heladera y dice: «Acá no hay nada para calmar la sed» pero no percibe que hay muchos productos congelados, varios ingredientes para cocinar diferentes comidas y riquísimos postres.
Ejemplo 2) El funcionario de una oficina, al revisar la documentación que acompaña una solicitud presentada por un usuario, rechaza su admisión porque faltan varios comprobantes que el solicitante omitió por un error involuntario. Naturalmente que el funcionario no felicita al ciudadano por todo lo que sí presentó en regla.
En muchos casos nuestros cinco sentidos sólo registran «el medio vaso vacío» a pesar de que esos cinco sentidos sólo pueden responder a estímulos tangibles. Sólo podemos ver lo que está, lo que se puede tocar, oler, etc.
Esta particularidad es causa de que nos resulte muy difícil conservar lo que tenemos («el medio vaso lleno») porque su existencia nos cancela la necesidad que es la que verdaderamente activa nuestra percepción.
Como la necesidad es un estado doloroso y es la que estimula nuestras funciones perceptivas, nos cuesta ver (y cuidar) lo que satisface (cancela, alivia) nuestra necesidad.
En otras palabras: Nuestro funcionamiento normal incluye perder (por desatención) lo que nos mantendría sin el dolor de la necesidad.
(1) Receta racional , La naturaleza es hermosa pero antipática, «Soy el viento», Somos marionetas de la naturaleza
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12 comentarios:
Me gusta ver el medio vaso vacío porque así imagino con todo lo que lo puedo llenar!
Es verdad: mi funcionamiento normal incluye perder.
Entonces dejemos de ayudar a los necesitados, no les quitemos vitalidad. En fin, me parece bastante disparatado.
Desde que perdí todo en el casino, mi percepción está muy activa.
Pero no encuentro consuelo.
Lo que ud dice lo veo como medio cierto.
¿Cuanto más sufra, más longeva seré?
Si abro la heladera y tengo sed, no me importa en lo más mínimo todas las exquisiteces que pueda tener, porque sigo con mi sed. De los ejemplos que ud puso este fue el que me quedó más claro. Centramos nuestra atención en lo que nos falta, así intentamos conseguirlo.
Hace poco acordamos con una amiga ir a un hotel para pasar un agradable rato juntos. LLegado el momento ella prefirió limitarse a usar el hidromasaje y conversar. Estaba muy bonita, pero desde luego que para mí el vaso estaba medio vacío.
Me gustaría entrenar mi atención y dejar de ser una necesitada.
Hay gente que tiene, además de la negligencia natural que ud menciona, una negligencia sobreagregada que los vuelve insoportables. Son esas personas con las que nunca se puede contar.
QUE EL FUNCIONARIO VAYA A BUSCAR LOS COMPROBANTES A LA CASA DE SU ABUELA
Me preocupa que tengo menos de la mitad del vaso lleno, más bien me queda la borra.
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