El alfarero (imagen) moldea la arcilla cuando todavía está húmeda, hasta que obtiene la forma que él quiere, desea o necesita.
Luego le quita toda la humedad usando el calor de un horno para que la forma final se mantenga incambiada.
Los adultos (padres, maestros) moldean la conducta de los niños hasta que logran que estos sean como ellos (los adultos educadores) quieren, desean o necesitan.
La propia condición humana hace que las conductas adquiridas, luego se conserven con relativa estabilidad.
Conclusión 1: la tarea del alfarero con la arcilla es similar a la tarea de los adultos educadores con los niños.
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Si el alfarero quisiera remodelar la vasija una vez secada, no podría. No existe la forma de ablandar la arcilla una vez que fue secada en un horno. El único cambio posible es romper la vasija.
Para transformar la conducta de un adulto habrá que considerar cuán rígido es éste, cuán inmodificable es su forma de actuar, cuánta firmeza tiene su forma de ser.
Los adultos blandos son fácilmente modificables. Con solo pedirles que sean flexibles, adecuarán su forma de ser a lo que cualquiera le pida.
Los adultos duros son los que necesitan un tratamiento de ablandamiento especial.
Son precisamente estos los sensibles al soborno, a los regalos, a la adulación.
El grado de dureza de estas personas es proporcional a la entidad del soborno (regalos o adulación) necesaria para lograr el ablandamiento requerido.
Algunos duros nunca llegan a participar en un acto de corrupción porque nadie necesita de su flexibilidad dada la escasa importancia que tienen las tareas que es capaz de realizar.
Conclusión 2: los corruptos son un subgrupo perteneciente al conjunto de ciudadanos que el sentido común denomina incorruptibles.
Nota: este artículo está vinculado con ¿Qué es un regalo?
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10 comentarios:
La situación hace al ladrón.
Cuando eduqué a mi hija, siempre puse especial cuidado en que ella tomara pequeñas decisiones.
No quice hacerla a mi forma, pero se parece a mí en lo libre que es.
La especie no sobreviría si cada generación fuese muy diferente.
Una vez seca, la vasija puede remodelarse agregándole accesorios. Verás como se renueva.
Mi clasificación seríä: adultos líquidos (aceptan cualquier soborno, es decir toman la forma del billete); adultos plásticos (necesitan un pequeño estímulo para hacer la vista gorda); adultos duros (no aceptan sobornos de ningún tipo porque antes que nada prefieren mantener su integridad)
Lamento disentir con ud. Toda persona es incorruptible y pierde esa condición cuando se corrompe.
Tenemos sobrados ejemplos de personas que aún en las situaciones límites mantienen su entereza.
Me hicieron ofrecimientos que me rompieron la cabeza. Acepté, era la oportunidad de mi vida (lo que no calculé es que ya tenía la cabeza rota).
La intendecia me contrató para el barrido otoñal. Se trata de recoger las hojas que se acumulan en el cordón de la vereda, más el barrido de las plazas.
Sin embargo una vecina me tira unos pesos para que le barra la vereda. Yo le hago el favor porque la señora es muy viejita, y le acepto las monedas porque no me sobra nada.
Seré corrupta por eso?
Pertenezco a una empresa que brinda el servicio de acompañantes en sanatorio y domicilio.
Aún no me doy cuenta cuáles tareas son más importantes, si las mías o las de la limpiadora. Lo cierto es que las dos estamos felizmente contratadas para sacar algunas cosillas en nuestros bolsos.
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