El instinto de conservación es nuestro Gran Instinto. El sexual y el de apoderamiento derivan de él.
¿De qué modo se responde al instinto de conservación leyendo este artículo? Un lector podría responder: porque permanentemente estoy buscando ideas, sugerencias, información sobre cómo mejorar mi calidad de vida.
¿Qué acciones nos impone este instinto?
— Algunos pasan toda la vida consiguiendo cosas para comer, abrigarse y mantener a la familia;
— Otros aplican todo su esfuerzo para conservar una situación privilegiada que les suministra lo necesario (monarquía, herencia, empleo público);
— Los hay quienes aplican parte de su energía a buscar suministros materiales para sobrevivir dignamente y otra parte a conseguir suministros narcisísticos (fama, obediencia, gratitud).
Las combinaciones son muchas, pero en síntesis, los animales disponemos de un cuerpo adecuado para cumplir con el instinto de conservación.
Además de esta visión panorámica —que puede ser tan verdadera como cualquier otra conocida— quería detenerme en el último ejemplo mencionado.
Algunas personas dedican parte de su energía a colaborar con quienes no saben, no pueden o no quieren ser autosustentables económicamente.
Caridad y filantropía significan prácticamente lo mismo.
¿De qué modo alguien responde al instinto de conservación ayudando a los demás?
Un lector caritativo o filántropo nos explicaría que no podría vivir sin luchar por un mejor reparto de la riqueza, por conseguir donaciones de los que tienen riqueza excesiva para alimentar a los hambrientos o curar a los enfermos o terminar con la mortalidad infantil.
Todos hacemos lo que hacemos porque es cuestión de «vida o muerte».
Aunque suene exagerado y dramático, siempre aplicamos toda nuestra energía para sobrevivir.
Es muy claro cuando trabajamos por la comida pero mucho menos notorio cuando pagamos un dineral por un (imprescindible) palco en la ópera.
●●●
13 comentarios:
Así que el instinto sexual y el de apoderamiento derivan del instinto de conservación?
Quién lo diría, sin haber estudiado!
Conozco chicos a los que se les atrofió el instinto de conservación porque no tienen posibilidad ni de accidentarse.
La solidaridad arroja resultados más positivos que la caridad y la filantropía. Por trabajo solidario entendemos el trabajo grupal, donde la mutua colaboración hace la fuerza. A través de la filantropía y la caridad, se auxilia, es decir, un grupo más fuerte ayuda a otro más débil. Esto es muy valioso, pero una vez retirada la ayuda todo vuelve a ser igual. La solidaridad parte de la base de que todos tenemos carencias y puntos fuertes; apunta a la complementación y crecimiento mutuo.
Me parece que ud dice algo así como que el instinto de conservación es muy apasionado. Todo lo que hacemos por vivir tiene la mayor seriedad e importancia, ya sea algo tan básico como alimentarse o algo tan complejo como obtener prestigio.
Paradojalmente lo más dramático que he tenido que hacer en mi vida para sobrevivir, ha sido abandonar mi casa paterna.
Las personas depresivas parecen haber perdido la energía para vivir.
No entendí su planteo. Ud dice que el dinero que gastamos en objetos y servicios de lujo, tiene como motivo satisfacer el instinto de conservación? Desde mi punto de vista, lo que ahí opera es el instinto de apoderamiento.
La Coca Cola es imprescindible para sobrevivir hasta que algún imprevisto te desajusta el presupuesto.
Qué será del instinto de conservación cuando seamos ineludiblemente inmortales?
Pueblos enteros sólo han necesitado para sobrevivir de pan y circo.
Puede que el pantrapecista tenga razón, pero aquí al pan lo untamos con la pecosa.
Lo que el Licenciado dice es que algunos instintos de conservación son más ambiciosos que otros.
Creo que en este artículo el acento está puesto en desenmascarar formas muy extrañas que tenemos los humanos de luchar por nuestra vida, como por ej la caridad.
En lo que me es personal, considero que cuando el interés individual se une al colectivo es lo ideal.
Publicar un comentario