jueves, 25 de febrero de 2010

Pagar para creer

Las mujeres (al igual que las demás hembras de otras especies mamíferas), convocan a los hombres y eligen (1) al que ellas intuyen que posee la dotación genética más adecuada para gestar hijos sanos y hermosos.

El varón elegido difícilmente desaproveche ese honor que le ha tocado en suerte.

La fuerza seductora de una mujer es casi mágica ... aunque culturalmente, —para que ellas no se envanezcan con su poder—, se las convence de que no es tan así.

Claro que para que la invitación tenga esa fuerza sobrenatural, la naturaleza cuenta con la desesperante necesidad del varón de ser convocado.

La 99% de la prostitución (2) es ejercida por mujeres que se ganan la vida haciéndole creer a los hombres que fueron elegidos por ellas (el 1% es ejercida por varones que atienden esa necesidad en la pocas mujeres que la padecen).

Por lo tanto, desde la más remota antigüedad (porque la prostitución es la profesión más antigua), el ser humano paga para que le permitan creer.

Si bien parecería ser que la necesidad de creer más antigua es la del hombre que desea ser elegido como semental de una mujer, es legítimo pensar que el ser humano paga para que lo ayuden a mantener otras creencias.

En el artículo titulado ¡Haremos el bien caiga quien caiga! hice un comentario sobre la beneficencia. Concretamente decía que los filántropos, «—por alguna razón que el psicoanálisis podría explicar—, no pueden evitar el «hacer obras de bien».

Es posible pensar que los filántropos pagan para creer que son generosos, que son más fuertes que los pobres que ayudan y más buenos que los semejantes que no hacen donaciones.

Si además creen en que existe un Juicio Final, también pagan para mejorar sus antecedentes ante esa instancia.


(1) «A éste lo quiero para mí»; «Soy celosa con quien estoy en celo»; «La suerte de la fea...».

(2) La prostitución decente.

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11 comentarios:

Oriente dijo...

Parece muy plausible que los filántropos actúen inspirados por los móviles que ud menciona. De todos modos eso no quita que sus acciones sean favorables a la conservación de la especie.

Emiliano dijo...

Con el mismo criterio, las personas que logran un buen pasar desde el punto de vista económico, quizás no tengan otra opción que pagar con tiempo dedicado al trabajo para ganar dinero, creyendo así que son más fuertes y poderosos y que al morir dejarán un buen legado a su descendencia.
Todo esto es tan respetable como lo es la actitud de los filántropos.

Lola dijo...

También estamos las que ofrecermos creer sin ningún costo.

Cacho dijo...

Lola es realmente una vocacional del sexo!!

Gastón dijo...

No creo en la justicia de los hombres. Mucho menos en la justicia de un Dios que todo lo sabe y todo lo comprende.
Bajo qué parámetros podría impartir justicia?

Margarita dijo...

Puedo considerarme filántropa (dentro de mis posibilidades) pero no me considero más generosa, porque doy lo que me sobra; ni más fuerte, porque sería incapaz de sobrevivir sin las comodidades mínimas; ni más buena, porque si hago "buenas acciones" es porque tengo tiempo libre, dado que no me veo obligada a que ganarme la vida día a día. Y para terminar, soy atea.

CHECHU dijo...

HAY TIPOS QUE SE TIRAN A CUALQUIERA

Canducha dijo...

Yo pago el diezmo y a mucha honra.

Tiago dijo...

Le digo que en eso de gestar niños sanos y hermosos, algunas mujeres se equivocan feo.

Yoel dijo...

No todos los varones sentimos esa desesperación de ser convocados que ud menciona.

Eugenia dijo...

No espero es juicio final porque vivo en el cielo.