Los líderes son personas que se ubican delante de la gente, haciendo gestos de que los sigan cuando en realidad, todos avanzan guiados por sus propios intereses.
En la confusión, ese grupo que avanzaba sin líder, le delega la conducción del movimiento, porque él posee el carisma suficiente como para persuadirlos.
Paulatinamente, la masa deja de ser una suma de voluntades para transformarse en seguidores del líder, porque se sienten confortablemente representados por él.
La «unión les da fuerza», y este beneficio consolida el fenómeno social del liderazgo.
El maniqueísmo se convirtió en religión porque mucha gente iba por la vida pensando que las cosas son blancas o negras, pero jamás grises, o que las personas son buenas o malas, pero jamás ambas cosas alternadamente.
La incapacidad emocional de permitir la convivencia de los opuestos, es padecida por la mayoría de la población mundial.
Todos somos esencialmente dualistas, aunque haciendo el esfuerzo suficiente, podemos llegar a tolerar el hecho de que alguien que nos ama a veces nos odia y que los alimentos que siempre comimos, en alguna ocasión puedan resultarnos indigestos.
El maniqueísmo es una religión que pretende liderar a quienes conservan un alto grado de dualismo y viven bien ignorando los matices intermedios que existen entre todas las cualidades extremas.
Como digo, esa religión pretende liderar, pero no lo logra. La mayoría de los que sólo perciben la realidad en términos binarios (bueno-malo, lindo-feo, etc.), van por la vida sin líder, sin templos, o eventualmente acompañan con su voto a quienes aprovechan esa característica tan popular.
Dado que los humanos somos una parte de la naturaleza que la transforma más que otras especies, buscamos adaptarla a nuestra conveniencia.
Si estamos bien pensando que las cosas son buenas o malas, blancas o negras, también procuramos que existan pobres o ricos.
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8 comentarios:
La clase media es: o media alta o media baja.
Está el pobre, el pobrecito y el pobretón. Del mismo modo tenemos al rico, al riquito y al ricachón.
Está sería una clasificación triangulada o edípica.
Es cierto, para dejarse liderar hay que ser muy flexible. (pero yo no me dejo)
En las olimpíadas toleran a 3 atletas excelentes; en el fútbol sólo es a ganador o perdedor.
Los maniqueístas llevan una manija colgada del cuello.
Tener un líder es como tener una hamaca paraguaya donde uno se tira a no pensar.
Yo soy buena y mala al mismo tiempo. Buena si no me agarran el sarcasmo y mala si se lo toman muy a pecho.
Por eso la masa no es harina, leudante, sal y agua. Es masa.
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