sábado, 26 de junio de 2010

Los cómplices de los cobardes evasores

Veámoslo «en blanco y negro», no porque la realidad sea tan polarizada, sino para ser claro y breve.

Imagínese que nuestro país (el suyo y el mío, si fuéramos compatriotas), está siendo invadido por un enemigo.

Sería una responsabilidad indeclinable, que todos los que no estemos postrados en una cama, tengamos que salir a repeler la invasión con armas, trozos de madera, cuchillos de cocina o con aceite caliente.

Usted y yo somos testigos de que un conciudadano se esconde para no arriesgar su vida.

Es casi seguro que trataríamos de persuadirlo para que nos ayude, pero si persistiera en su cobardía, comenzaríamos a tratarlo como un enemigo más.

Ahora cambiemos de escenario para ingresar en una situación (aparentemente) menos dramática.

Tenemos que resolver la situación de los ciudadanos que —por algún motivo que todos podamos conocer, comprender y justificar—, no disponen de los recursos materiales que les permitan vivir dignamente (les falta alimentación, vestimenta, habitación, salud, educación, higiene).

Hace años que nos hemos puesto de acuerdo en que es el Estado (la administración central de nuestro imaginario país) el que se encarga de proveerlos de lo que les falte.

Cualquiera que gobierne, tiene derecho a elegir los criterios y procedimientos que se usarán, pero el objetivo (ayudar a los menos favorecidos), no podrá ser cambiado.

Para realizar su tarea, el Estado necesita recursos económicos provistos por los habitantes capaces de generar más dinero del que necesitan.

Los ciudadanos que no hacen la contribución económica que pueden, actúan igual que el ciudadano que se esconde para no arriesgarse defendiéndonos de un invasor.

En los hechos, eso hacen los evasores de impuestos junto con quienes son testigos-cómplices de su cobarde mezquindad.

Conclusión: Otra causa de la pobreza patológica, es la generalizada actitud de los testigos-cómplices de los cobardes evasores.

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11 comentarios:

Pesado Bolsón dijo...

Es así. No todos nacimos para trabajar. Necesitamos ciudadanos que miren por nosotros. Estamos de acuerdo en que el derecho a la vida no se le quita a nadie. Y estamos de acuerdo en que no se puede meter a alguien en la cárcel por no trabajar.

Micaela dijo...

Es muy importante la frase que ud destaca en azul. Es nuestro deber resolver la situación de los ciudadanos que "(frase en azul)".

Nolo dijo...

Ya me dio la idea. Voy a pegar en la puerta de un comercio que yo sé, esas tres palabras.
TESTIGOS - CÓMPLICES - COBARDES
Ah no!
Ellos son los infractores...
La tengo que pegar en la puerta de casa #^&!

Lola dijo...

En nuestro imaginario país no hay personas discapacitadas, ni enfermas, ni evasoras, ni nada.
Sólo estamos tú y yo.

Elbio dijo...

Es muy adecuada la foto que eligió para ilustrar el artículo de hoy. Esa cadena no se rompió por el lado más débil. Es lo que sucede cuando alguien evade impuestos. Se rompe la cadena por el lado fuerte.

Arnoldo Textil dijo...

Yo pago mis impuestos. No me encojo de hombros. No me encojo ante nada. Soy sanforizado.

Anónimo dijo...

ELUDA EL IVA
TENGA SU PROPIA HUERTA

Roque dijo...

Me llena de culpa que mientras yo estoy postrado en una cama, mi sistema inmune tenga que salir a repeler la invasión.

Chichita dijo...

-Pero dale! tiráles el aceite caliente!
-Aguantame un poco. Ya termino las fritas.

Marcia dijo...

Ahora entiendo la importancia de mantener afilados los cuchillos de cocina.

Justino dijo...

Quitémosle dramatismo.
Pagar impuestos no es arriesgar la vida.