miércoles, 20 de febrero de 2008

El erotismo del riesgo

«Hace 31 años que estoy casada con el mejor hombre del mundo pero hace sólo dos años que me di cuenta por qué nos llevamos tan bien cuando me dijo: ‘Nos unen los intereses más sanamente mezquinos’».

¿Para qué sirve esta confesión? Como toda confesión, para acercarnos —aunque sea un poquito—, a la verdad.

El famoso amor romántico es una ilusión que lleva al fracaso de forma casi inevitable. Así como no es duradero el valor energizante de la cocaína, la pasión entre los individuos es una adicción, una fantasía, un sueño, una expresión de deseo.

Esta idea está expuesta a ser negada por los más radicales opositores al realismo, pero ¡cuánto mejoraría su calidad de vida a largo plazo si pudieran aceptarla!

Claro que para muchos es inteligente gastarse todo el sueldo el mismo día de cobro y luego tener la mágica aventura de sobrevivir los 29 días restantes, pero este deporte extremo es gracioso porque cada poco alguien padece un problema grave. El riesgo es muy erótico: no lo olvidemos. El riesgo de tener una desilusión es erótico.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Es casi seguro que equivocarse sea inconveniente. Ya llevo 20 años divorciada y sumando, más de 6 años de terapia. Siempre buscando qué error cometo para no poder vivir con alguien que me abrace, que me acaricie el pelo, que me haga sentir que me adora. La última novedad que tengo es que no soporto las mezquindades y que probablemente estoy buscando lo que no existe. Por eso no lo encuentro.

Anónimo dijo...

Aunque sólo tengo 35 años, he leído mucho más que otros de mi misma edad, sin embargo pocas veces me he topado con alguien tan escéptico. El dueño del post se autodenomina realista cuando estoy segura de que una legión de mujeres diría junto conmigo que es un amargado positivista.
A su mamá no me la imagino muy feliz con un hijo así. Por supuesto que tampoco me lo imagino casado o viviendo con alguien.

Anónimo dijo...

Soy de las pocas mujeres fanáticas de la pesca que conozco y nada me divierte más que las presas que me dan batalla.

La cara de este pez no me atrae en absoluto, no me parece que sea muy entretenido salvo cuando escribe, pero me excita convertirlo en un romántico que coma de la palma de mi mano.

Anónimo dijo...

PRIMERO VAS A COMER LA ARENA

Anónimo dijo...

No quiero riesgos eroticos. No puedo afirmarlo pero estoy segura de que mi inconsciente no desea eso, al menos como prioridad.
Acepto lo de los deseos mezquinos de amar y ser amada.
Aparte de eso desearia que me ayudara a no sufrir tantas desilusiones

Anónimo dijo...

¿Qué intereses sanamente mezquinos podrían llegar a unirnos?
(Si sos un pez yo quisiera ser tu pecera, lástima que las peceras no pueden hacer burbujas de amor)

Anónimo dijo...

Cómo sabe esa mujer que está casada con el mejor hombre del mundo. ¡Que se arriesgue a dudar, carajo!