martes, 12 de febrero de 2008

Neurotransmisores - Gragea Nº 46

En toda economía se constata que existe una relación directamente proporcional entre el riesgo de las inversiones y su rentabilidad. Cuando sube uno, aumenta la otra y viceversa.

Este hecho es menos perceptible cuando se observa la estabilidad laboral según la cual los trabajadores tienen escaso riesgo de perder su trabajo así como también poseen un salario inferior a otros sectores con mayor incertidumbre.

Los trabajadores del estado suelen tener una gran certeza de que su empleador ni desaparecerá ni los despedirá arbitrariamente pero sus sueldos suelen ser menores a los que reciben aquellos otros que, realizando tareas similares, pertenecen al sector privado.

Aunque como vemos, es razonable que unos trabajadores ganen menos que los otros, las presiones sindicales suelen imponer la injusticia de que los empleados con menor riesgo ganen lo mismo que otros que tienen más incertidumbre.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿está seguro de que en general es así?

Anónimo dijo...

Es como dice Mieres, en este mundo todo está perfemente equilibrado. Yo soy de Libra y lo veo así, pero claro depende de la visión de cada uno. Mi hermana que es de Acuario, se enganchó con eso de la subida del nivel del mar y está de pesada...

Anónimo dijo...

El problema es que el riesgo vive en el presente, mientras que la rentabilidad en el futuro. El presente es cierto y el futuro incierto. Como vivimos en realidad en el presente, por principio de placer buscamos el menor riesgo posible, porque es displacentero.

Sin embargo hay personas que escapan a las generales de la ley.

Anónimo dijo...

Eso es cierto pero no se aplica a la economía matrimonial. Cuánto más riesgosas han sido mis inversiones (como cuando compré el terrenito en la Costa de Oro, llamado por los vecinos envidiosos, "cráter supremo") más grandes han sido nuestras pérdidas; eso Cachulo lo tiene bien claro. Ahora él se ocupa de invertir y yo de gastar... bueno, en suma, el resultado es el mismo.