Si usted sigue la publicación diaria que hago sobre la pobreza patológica, ya estará familiarizado/a con la idea según la cual «algunas personas se ven perjudicadas por la doctrina cristiana» (aquellas que exageran el desprecio a los aspectos materiales de nuestra existencia).
Menos veces he mencionado que es normal nuestra tendencia a realizar el menor esfuerzo posible por lo que no me parece condenable la búsqueda de estrategias facilitadoras de nuestra supervivencia.
Insisto en que resulta fundamental que para poder ganarnos la vida sepamos de nosotros mismos como única forma de conocer a los demás. Es ofreciendo nuestro trabajo a quienes lo necesitan que logramos lo necesario para sustentarnos económicamente.
Dicho de otra forma: para saber qué ofrecer tenemos que saber qué necesidades tienen los demás y para poder conocer a los demás tenemos que conocernos. Es imposible conocer al otro sin conocernos.
Y vuelvo al comienzo: Uno de los ejes de la ideología cristiana es la Divina Providencia, según la cual Dios es con los humanos un buen padre de familia, con la salvedad nada menor de que Dios todo lo puede.
Según el psicoanálisis, esta creencia está provocada por la nostalgia que sentimos inconscientemente de nuestra maravillosa vida intrautrina.
Pero la Divina Providencia cuenta con otros dos referentes importantes: nuestros padres cuando se hacen cargo de nuestras necesidades materiales (y ahí si son buenos padres de familia pero en sentido literal) y algunos gobiernos paternalistas, populistas, asistencialistas, proteccionistas, cuando satisfacen con sus políticas a quienes no pueden, no saben o no quieren ganarse el sustento.
Los gobernantes que aplican estas políticas logran ser endiosados por quienes, además de beneficiarse, creen en la Divina Providencia.
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13 comentarios:
Debe tener miles de años el dicho "Conócete a ti mismo". No sabía que se aplicara también al trabajo.
"Ayúdate que te ayudaré" se dijo.
Días pasados fui a pedir un préstamo para comprarnos una vivienda y la condición es que yo ya tenga una parte importante de lo que vale.
Los banqueros son bíblicos.
La idea que tengo de la Divina Providencia es un poco diferente: para mi es la actitud benévola de la Naturaleza hacia mí que yo le retribuyo con actitudes amistosas, responsables, protectoras hasta donde puedo.
Los gobiernos no tienen que ser paternalistas ni populistas. Tienen que facilitar un acceso igualitario a las posibilidades de crecimiento.
Los gobiernos son endiosados mientras dura la luna de miel.
Los gobiernos asistencialistas terminan perjudicando a quienes se supone quieren favorecer.
A veces hay que tomar medidas proteccionistas; hasta los propulsores del libre mercado lo hacen.
La idea de que "Dios proveerá" va de la mano con la actitud del "menor esfuerzo posible"
No entiendo bien. Ud dice que no está de acuerdo con esperar que las soluciones caigan del cielo pero está a favor de economizar energías. Ninguna forma mejor de hacer el menor esfuerzo que pedirle un milagro a San Cono.
Creo que Raúl entendió mal. El licenciado dice que comprende nuestra natural tendencia a realizar el mínimo esfuerzo posible, pero no la pregona. Si no entiendo mal, lo que él dice es que cada uno se conozca a sí mismo para saber que puede ofrecer con mayor facilidad o talento. No olvidemos que muchas veces al otro le falta lo que a uno le sobra. Y para darse cuenta de eso hay que estar atento, como propone el Lic., a las necesidades de los demás.
a veces me cuesta seguir su publicación diaria porque mi perro se agarró el vicio de lamer la pantalla.
Mi familia es muy despareja. El único que es económicamente sustentable es mi padre.
El otro eje de la ideología cristiana aparece en al Divina Comedia.
Nosotros somos todos ateos, pero el pepe es un dios!
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