Las comparaciones son odiosas y por esos es que estamos haciéndolas casi a diario (otros viven mejor que yo; antes yo vivía más tranquilo; los del equipo contrario son peores que nosotros).
Como he mencionado en otros artículos (1), nuestra forma de percibir depende de los contrastes (negro sobre blanco, sonido sobre silencio, amoroso sobre odioso [y es por esto que hacemos comparaciones odiosas: para resaltar lo amoroso]).
Todo lo existente depende de que tenga su opuesto, cada creación es notoria porque ocupa un lugar (categoría, rol) que estaba vacío.
Cada objeto o servicio que satisface una demanda, se hace notorio porque extrañamos su ausencia.
También algo nos demuestra su existencia cuando está molestando y desearíamos que desapareciera.
El dinero tiene características que serían suficientes para que hubieran personas que lo desearan así como también otras que lo detestaran.
En cada billete o moneda aparecen figuras, imágenes, símbolos para inspirar en quienes los posean, respeto, orgullo, aceptación. Por estos contenidos, cada billete o moneda equivale a un mensaje.
Como cada cosa tiene su razón de ser cuando existe su contraria, forzosamente NO es unánime la valoración que infunden esas figuras, imágenes o símbolos. Precisamente, existen (y tienen que existir) personas que sienten todo lo contrario.
Por ejemplo, si en la moneda de un país se muestra la figura de un héroe nacional, seguramente habrán ciudadanos que cuestionan, critican y rechazan a ese personaje.
Pues bien, una de las tantas causas por las que un grupo de personas padece pobreza puede ser que rechazan íntimamente a ese personaje o símbolo que aparece en las monedas y billetes.
(1): Artículos vinculados Mejor no hablemos de dinero y Felizmente existen los feos
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16 comentarios:
Algún día voy a aprender a disfrutar de los días fríos, lluviosos y ventosos como hoy, para apreciar mejor los días tibios, soleados, deliciosos.
No me parece que sea lo que dice pero casualmente compartimos con un amigo el feroz cuestionamiento a nuestro héroe nacional y sobre todo a quienes viven para recordar sus proezas.
Esta teoría suya es demasiado inventada pero tengo un conocido que se pone furiosos con los dólares porque dice que contienen símbolos secretos, malignos, de magia negra.
yo los miro y para mí una pirámide y un ojo no da para tanto, pero ¡allá él!
Por suerte sólo me molestan Rodó y J. de Ibarbourou. Puedo ahorrar en billetes más chicos.
Si pusiéramos antihéroes en los billetes y monedas, la mayoría estaría en contra.
Para soportar los billetes en el bolsillo llevo siempre un diente de ajo.
Las comparaciones son odiosas cuando una sale perdiendo.
He reflexionado en su propuesta y llego a la conclusión de que las personas que afirman de manera permanente que el pasado fue mejor, son en realidad gente optimista en busca de contrastes para valorizar el presente.
A mí me gusta poner mis propios mensajes en los billetes.
Sólo cuando el negro está arriba mío logro encontrarme.
Para determinar el opuesto tenemos que establecer previamente cuál es la característica del objeto que tomaremos en consideración.
A veces extrañamos cosas insoportables, pero que adquirieron gran notoriedad por su destaque.
Mi novio se ha vuelto notorio porque el vacío que había antes era demasiado grande.
ALGUNOS TIPOS MOLESTAN PORQUE NO EXISTEN
Mi hermana es odiosa y lo único que logra de esa manera es resaltarme a mí.
Con esto que es cierto de que los humanos sólo podemos percibir lo que contrasta, me pregunto cuántas cosas no estaremos percibiendo porque están en lugares sin contraste.
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