domingo, 14 de junio de 2009

Su majestad Don Dinero

El psicoanálisis supone que existe una parte de la psiquis (el inconsciente) que nos influye pero que no sabemos cómo lo hace.

Si bien no sabemos cómo nos influye, tenemos algunas ideas que parecen ser bastante confiables porque los hechos se encargan de confirmarlas.

El instinto de conservación es un impulso que nos obliga a cuidarnos (y cuando nos abandona por enfermedad, podemos llegar a suicidarnos).

Es casi seguro que muchos contenidos inconscientes estén influidos por el instinto de conservación.

Un impulso muy visibles en los seres humanos es el deseo de poder. Si bien muchas personas parecen evitar toda acción de mando, sabemos que la aceptarían si esto no les significara compromisos, responsabilidades, preocupaciones, riesgos, esfuerzos desmedidos.

El afán de poder es un deseo que surge del instinto de conservación. Tenemos la creencia que pudiéndolo todo, evitaríamos el dolor y hasta la muerte.

Si bien esta fantasía es muy alocada, anida en el fondo de nuestro corazón (el inconsciente).

De todos modos, como el poder se asocia al dinero y si tenemos en cuenta lo que digo más arriba, es probable que algunas personas rechacen el dinero cuando en realidad lo que quieren es evitar el poder.

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11 comentarios:

Ludovica dijo...

El inst de conserv me está por abandonar porque como hasta matarme.

Melchor dijo...

Siento incredulidad cuando me entero que algún rico y famoso murió de cáncer.

En mi esta lo que dice: que la riqueza salva de la enfermedad y la muerte.

Lorenzo dijo...

Todos tenemos poder, no sabemos utilizarlo.

Oriente dijo...

Si lo pudiera todo no sé qué haría...primero debería averiguar lo que quiero.

Alfonso Durero dijo...

Si ganara la lotería no invertiría en un emprendimiento, lo pongo todo en ladrillos. La incertidumbre me mata.

Mª Eugenia dijo...

¿Qué cosas dice Lic? Los impulsos son todos invisibles.

Omar Castagno dijo...

Yo mido mis esfuerzos. Lo malo es que miden mucho!

Raúl Zas dijo...

Para mí que el afán de poder surge del instinto de dirección.

María del Valle dijo...

Hace tiempo que delegué mi instinto de conservación en el ángel de la guarda.

Andrea Jaunsolo dijo...

¡Al fin alguien que dice donde queda el inconciente! (Siempre sospeché que sería en el fondo del corazón pero no me atrevía a afirmarlo).

Arturo Bohemio dijo...

Mi instinto de conservación sólo me obliga en casos límite.