lunes, 29 de junio de 2009

¿Qué es la Pobreza Patológica?

Todos poseemos una cierta capacidad para ganar el dinero necesario para satisfacer nuestras necesidades y deseos comprando los bienes y servicios que nos hagan falta.

La naturaleza nos entregó un cuerpo de cierta fortaleza, capaz de cierto rendimiento, con una cierta resistencia a la fatiga, una psiquis con una cierta imaginación y resistencia a las frustraciones.

Existimos personas fuertes, débiles y muy débiles. El dinero que ganaremos conservará una cierta relación con estas particularidades propias.

Estas características se modifican particalmente (en forma positiva o negativa) por la educación y de alguna manera también por la suerte.

La pobreza patológica surge cuando el resultado de la gestión económica de un individuo es peor al que le corresponde dadas sus dotes naturales, educación y suerte.

Ejemplo 1: Alguien puede ser fuerte, imaginativo y vivir en un país donde la riqueza cuenta con la aprobación social, pero el gobierno tiene que ayudarlo porque su ferrea convicción de que es indigno colaborar con otros a cambio de un salario le impiden acceder al dinero que necesita.

Ejemplo 2: Alguien puede ser un poco débil, contar con gran imaginación y vivir en una sociedad donde solamente se ayuda a los minusválidos totales y sin embargo tener buenos ingresos porque se las ingenia para administrar las pocas horas de vitalidad que tiene diariamente para ganar dinero sin salir de su casa.

En el ejemplo 1 tenemos a una persona afectada por la pobreza patológica y en el segundo no.

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15 comentarios:

JUan Manuel dijo...

Para no padecer pobreza patológica hay que desear poseer desde el alma los bienes necesarios. Conozco personas, que con poco hacen mucho.

Carol dijo...

Sin caer en un fatalismo radical, es probable que cada uno esté destinado para conseguir algunas cosas y otras no.

Yo, por ejemplo, ya renuncié a casarme con Brad Pitt.

Raquel Benasús dijo...

Ayer fui a un comercio en el que un chico down muy simpático se encarga de empaquetar y entregarnos la mercadería comprada.

Me emocioné de algo que no esperaba ni suponía posible.

Patricia Duncan dijo...

Dentro de la desgracia resulta muy reconfortante que ud diga que podemos aprovechar los momentos de vitalidad para ganarnos el sustento. El tema pasa por conocernos a nosotros mismos, aceptar nuestras limitaciónes y con las cartas sobre la mesa jugar lo mejor posible.

Ramiro Valdez dijo...

Para quienes no me conocen quizás soy pobre. Ante mí mismo sé que me he superado mucho y que voy por más. No me considero pobre.

Rolando Prandi dijo...

Estoy de acuerdo con ud en que es muy importante valorar lo que tenemos en lugar de centrarnos en nuestras carencias. Con lo que tenemos, aunque sea poco, en general se puede salir adelante.

Raquel Semproni dijo...

En mi país (Uruguay) los minusvalidos que existen a los ojos de los gobernantes son los que van en silla de ruedas y no mucho más. Aún así queda mucho por hacer por estas personas, y ni que hablar del resto de los minusválidos.

Olga Fierro dijo...

Continuando con el planteamiento de Raquel, agrego que muchos no se han percatado aún de que los enfermos de la psiquis también son minusválidos.

Nolberto Macht dijo...

Las conquistas de derechos para los minusválidos es difícil que sean otorgadas por los gobiernos. Quienes las sacan adelante son las personas que están directamente comprometidas en la problemática, sus familiares y el grupo de profesionales que trabajan con ellos.

uyunusa dijo...

Con respecto a lo que dice Carol en broma, pienso que tocó un punto muy serio. Ubicarse en la propia realidad y considerar las posibilidades que tenemos es algo que no todos los adultos somos capaces de hacer.

Lucrecia dijo...

Tendría que ganar mi dinero saliendo de casa. El ambiente familiar me está matando.

Nadim dijo...

No puedo comprar los bienes y servicios que me hacen falta porque gasto mi dinero comprando lo que mi inconsciente supone que le hace falta.

Marita Debellis dijo...

Realmente no sé si la educación recibida me ayudó a ser más fuerte. No desvalorizo las herramientas que me ha dado, pero faltó que promovieran en mí el sentido del riesgo y de la aventura y que me ayudaran a diferenciar lo esencial de lo accesorio,

Miguel Restrepo dijo...

Soy débil y bastante concretito. La creatividad y la imaginación no son lo mío. Sin embargo descubrí que me gustaba manejar. Nunca me estresaba y me sentía muy cómodo. Hacer lo que me gusta me trajo beneficios económicos y de todo orden.

López dijo...

Por lo que veo no alcanza con mirar el recibo de sueldo para diagnosticar la pobreza patológica.