domingo, 28 de junio de 2009

El espíritu y el dinero son inmateriales

El dinero fue creado hace más de dos mil años, pero no todos entendieron cómo funciona.

Hay personas que tienen dificultades en comprender el valor de los billetes y cómo es que esos «papelitos» pueden tener valor suficiente como para ser canjeados por cosas realmente útiles como son los alimentos, la vestimenta y otros bienes y servicios.

De todos modos cada vez son menos los que prescinden de él, pero surgió otro fenómeno que nuevamente creó una legión de rezagados.

Las tarjetas de crédito y de débito («dinero plástico») son instrumentos que vienen a suplir al dinero pero cuyo uso no es comprendido por muchas personas o es comprendido por otras pero no saben usarlas.

Una tarjeta de crédito permite a su dueño hacer compras que luego deberá pagar al emisor de esa tarjeta (generalmente, un banco).

Una tarjeta de débito permite a su dueño hacer compras gastando el dinero que previamente cargó en ella.

Hasta donde he podido observar, la dificultad en el uso de estos instrumentos de pago consiste fundamentalmente en que las cifras no están representadas por elementos físicos como son los billetes y las monedas. Solamente son números cuya acumulación debe ser contabilizada por cada uno, lo cual es una destreza que no tenemos desarrollada la mayoría de las personas.

Lo «temible» de estos medios de pago (las tarjetas de crédito o débito) es perder el control del dinero disponible y caer en la insolvencia padeciendo los onerosos recargos que los emisores cobran por los incumplimientos en los pagos.

En suma: nuevamente se dan las condiciones (invención del dinero plástico) para que una cantidad de gente tenga dificultades intelectuales para comprar o vender bienes y servicios.

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17 comentarios:

Claudia dijo...

EXACTAMENTE: Tenías dos tarjetas de crédito y las corté en ocho pedazos cuando al economía se me fue al carajo.

Tatiana Bentos dijo...

Ud que siempre busca causas de la pobreza, le digo que para mí hay una que es la que ocupa la mayor importancia y es la educación.

Los educadores son ABURRIDOS. El aburrimiento es una cortina de hierro en los centros de enseñanza.

Verónica Geimonat dijo...

Mi madre nunca trabajó e hizo una vida feliz junto a mi papá que la quería y no permitía que nos faltara nada.

Eso quedó en mi recuerdo como un cuento de hadas que realmente existió. No es una ficción. No lo soñé.

Ahora que no puedo vivirlo, sólo pienso en recriminarme sin saber qué estoy haciendo mal.

Maria dijo...

Muy claro el artículo. Nos damos cuenta que la tarjeta de crédito es dinero cuando nos llega el estado de cuenta. Yo también quisiera partirlas en 8 pedazos.

Gregorovius dijo...

No se dejen llevar por la emoción del momento, alcanza con cortar la tarjeta por la mitad, de lo contrario va a tener que gastar en una nueva tijera.

Héctor Cataldo dijo...

¡Qué puede esperar de un simple ciudadano si los gobernantes refinancian los intereses de la deuda!

Eduardo Pombo dijo...

Cae en la insolvencia si ud paga. Mientras alguien le de crédito, puede endeudarse hasta el infinito.

un escolar desauciado dijo...

¿Y por qué hay que canjear el dinero por útiles?!

Lina Proteggio dijo...

Me resulta muy extraño usar mi tarjeta de débito porque cada vez que retiro dinero compruebo que mamá depositó en mi cuenta.

Laura Ponce dijo...

La mayoría de las personas no somos ordenadas, ni con el dinero ni con nada.

el ídolo dijo...

Tengo dificultades para vender mis bienes. Mi asesor dice que lo que vende en mi es la cara de ingrato.

Ricardo Apagón dijo...

No crea, a mí los billetes y las monedas me confunden. Ayer le cambié a mi hermano un billete de mil por 5 de 20 y mientras no caía andaba contentísimo.

Gertrudis Panciatto dijo...

Démosle más tiempo al dinero. Algunas cosas fueron creadas hace miles de millones de años y aún siguimos sin entender como funcionan.

Rosaura Chula dijo...

La tarjeta de crédito luce bien en la billetera...después veré

Mefisto dijo...

Mi padre es carpintero y los bancos me aguantan.

Cacho dijo...

Es igual que con las mujeres: antes de gastarlas te las tenés que cargar.

La ignorante desconocida dijo...

En matemática me considero analfabeta. Soy de las que teniendo una carrera universitaria, separo el dinero en cajitas con letreros que dicen luz, cuotas, mutual, etc.