Aun cuando gocemos de buena salud estaremos de acuerdo en que no hay nada más importante que estar sanos.
La buena salud es uno de los ingredientes imprescindibles de la felicidad.
La felicidad es un estado que todos deseamos porque es el más agradable y sobre todo porque es bastante escaso, poco frecuente, fugaz.
Es probable que entre dos estados de felicidad exista un período de esperanza, o, dicho de otra forma: la esperanza es el sentimiento presente cuando no somos felices.
Quizá esté simplificando el asunto de forma extrema pero procuro ser claro (para complicarlo siempre hay tiempo).
Otro ingrediente infaltable en la tan buscada felicidad es tener las necesidades y los deseos satisfechos.
Concluyo en que para ganarnos la vida es muy probable que una mayoría apliquemos la misma fórmula aunque de infinitas formas distintas: vendemos la esperanza de llegar a la felicidad.
Una primera ganancia que tiene (¿tenemos?) la aplicación de esta fórmula es la de creernos que —al presentarnos ante nuestros clientes como proveedores de «esperanza» y «felicidad»—, nosotros las poseemos en exceso y por eso podemos vender una parte de la «esperanza» y «felicidad» que nos sobra.
Esta creencia hace que los vendedores en general sean personas provistas de un estado de ánimo optimista, en algunos casos también exaltado, quizá maníaco y por que no, delirante.
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17 comentarios:
A veces me pasa que hablando con alguien que ve la vida con entusiasmo, mejora mi eterno dolor de espalda.
Cada vez que presento mi corricula tengo la esperanza de que sea exactamente lo que el otro está necesitando para resolver su problema, me contrate y yo empiece a tener ingresos que tanta falta me hacen.
Los vendedores juegan su papel y se colocan en ese estado de exaltación que ud dice, en ese sentido son buenos interpretando un rol.
De acuerdo, nada más importante que estar sanos o tener un buen nivel de salud, sin embargo no nos alcanza para estar conformes.
La felicidad es un momento fugaz de exaltación.
Para mí la felicidad es algo parecido a lo que muestra un cantante en el escenario, cuando logra enfervorizar al público.
Y la vida transcurre entre un puñado de momentos felices.
Los momentos de felicidad pueden aparecer en medio de una situación penosa o de una vida llena de carencias. Hablar de felicidad es referirse a un destello.
Los delirantes somos los compradores que creemos en las virtudes maravillosas del objeto en oferta.
Entre la soltería y la viudez estuve casado.
¿Por qué los artículos de limpieza necesitan más propaganda que los automotores?
Tengo exaltación compradora. No se me pasa hasta que acabo con los fondos de mi tarjeta de crédito.
Estando feliz me siento esperanzada ¿será entonces que nunca soy del todo feliz?
La libertad es un estado gaseoso.
Tiene que admitir que a los vendedores no nos deja muy bien parados...
Los políticos se dedican a vender esperanza y Esperanza vende pastas.
Mira tu licenciado, diste en el blanco. Adoro vender y creo que es por lo que tu dices.
Clap-clap y un beso como honorarios.
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