miércoles, 24 de junio de 2009

La filosofía rentable

Para muchas personas hay expresiones que les resultan negativas, pecaminosas, censurables, condenables.

Como «no hay efecto sin causa», seguramente el sentimiento que inspiran esas expresiones tiene algún origen, alguna justificación, alguna causa.

De mi experiencia personal extraigo que aún tiene gran influencia el hecho de que Jesús haya expulsado a los mercaderes del templo. En una representación creada por El Greco (imagen), se lo ve muy agresivo provocando una estampida de personas que parecen asustadas.

La palabra «mercader» evoca un personaje ruin, egoísta, extraviado en placeres menores, quizá demasiado cerca de la condición animal.

Por una causa similar, cualquier actitud «mercantil» sugiere la condición de interesado, vil, usurero, miserable, tacaño.

Finalmente, quien tenga «afán de lucro» seguramente es alguien aprovechador, peligroso, utilitario, materialistas, inescrupuloso.

La filosofía es considerada habitualmente una asignatura aburrida que hay que estudiar por obligación, pero que no tiene ninguna utilidad.

Todas estas creencias presentes en una misma persona producen el siguiente efecto:

Cuando no se han desarrollado las destrezas intelectuales que aporta la filosofía, quedan sin descubrir que las dificultades para ganar dinero y para administrarlo inteligentemente están causadas por el rechazo ideológico hacia la actitud «mercantil» y el «afán de lucro».

Estas personas están orgullosas de ser malos negociantes. Lo pregonan, se ufanan de no saber vender, de ganar poco dinero, de ser explotados.

Convencidas de que todo lo que se parezca a un «mercader» es merecedor de ser expulsado por Jesús, hacen meticulosamente todo lo contrario.

La aburridora filosofía nos enseña a tener capacidad crítica, que en este caso se manifestaría preguntándonos si las creencias, prejuicios y definiciones con las que actuamos, son correctas, verdaderas, justas y están actualizadas.

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18 comentarios:

Sofía Caamaño dijo...

Es que no puede haber duda sobre que la actitud mercantil es mezquina. ¿Qué pretende aclarar con este artículo?

Sabrina Mallo dijo...

Tiene razón, las palabras mercantil y mercader me suenan muy feo, sin embargo la palabra mercado no porque lo asocio al Mercado de los Artesanos. Me doy cuenta de que no tiene ninguna lógica.

Alejandrina dijo...

Además las personas que se enorgullecen de ser malos comerciantes en general no lo confiezan.

Laura dijo...

En casa nos dividimos los roles: mi esposo gana el dinero y yo lo administro en forma inteligente.

b. el aceitoso dijo...

En la escuela ya me acostumbré a ser expulsado; ese tipo de amenazas me resbalan.

gastón dijo...

me estoy afilando a Sofía a ver si deja de criticarme y sale conmigo

Bruno Perciante dijo...

A menudo me extravío en placeres menores y cuando me hallo se me pasó el día.

Rubén dijo...

Le digo a Bruno que los placeres nunca son menores; el placer es algo grandioso! Claro, se complica si lo buscás con menores.

Evangelina Sastre dijo...

¡Seré prejuiciosa, que a un mercader me lo imagino mugriento!

Magalí Pereyra dijo...

Ahora entiendo por que la filosofía y la psicología están tan emparentadas.

Ernest Cono dijo...

Para desarrollar las destrezas intelectuales lo mejor es ser ambidiestro.

Mariana dijo...

¡Qué agresividad inespresiva la que se pintó el Greco!

Grafito Paredes dijo...

El que tiene afán de lucro no siempre afana.

Palomeque dijo...

Muchos se ven atraídos por la gilosofía y muestran hacia la filosofía una apática indiferencia.

Homo Faber dijo...

Desarrollé mis destrezas manuales y estoy esperando que la inteligencia suba a la cabeza.

Yoel dijo...

Convencido de que todo lo que se parezca a un mercader debe ser expulsado, Freud asoció el dinero y las heces.

Dolores Fitipaldi dijo...

Las palabras que a mi me molestan son "utilitario" y "pragmático".

Aurora Muiño dijo...

Para mí un mercader es un sexópata.

No me pidan argumentos, please!