viernes, 21 de mayo de 2010

El malvado gigante fue vencido por el niño-héroe

Es tan abundante el material sobre las molestias que tenemos que sufrir para que el fenómeno vida no se interrumpa, que creé un blog llamado Vivir duele.

Efectivamente, parece ser que el fenómeno vida depende de que hagamos cosas provocadas por la naturaleza, que nos estimula con molestias que pueden aliviarse si hacemos algo (comer, dormir, fornicar, rascarnos, correr, quedarnos quietos).

No podemos olvidar que todos los seres vivos formamos parte de la naturaleza. Por este motivo, tanto somos receptores de esas molestias como somos provocadores de dolor en otros seres vivos (podar, matar para consumir, alterar los ecosistemas, educar a nuestros hijos aunque se resistan).

Es probable que la prohibición del incesto que hemos inventado los humanos (y cuyo origen y justificación se desconocen), molesta mucho a los niños que desearían conservar eternamente la comodidad de la vida familiar.

Un padre ejerce su rol en tanto desee a la madre de sus hijos. No cumple su rol en tanto esté interesado en otros asuntos que impliquen dejársela a sus hijos.

Ese grandote gruñón (eficazmente representado en la literatura infantil precisamente por algún ogro, cruel y malvado, que felizmente termina siendo vencido por algún pequeño héroe), tiene que raptar a su esposa de la unión casi biológica que ésta conserva con sus hijos.

Cuando el padre malvado le roba a sus hijos la mujer que quieren para ellos solos, entonces estos no tienen más remedio que empezar a prepararse para conseguir en otra familia el amor que en la suya no consiguen con la abundancia que anhelan.

La naturaleza usa a los padres (varones) para molestar a los hijos hasta que aprendan a valerse por sí mismos.

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12 comentarios:

Leticia dijo...

Esto que ud dice le vendría bárbaro a mi padre para justificar porqué no quiere ayudarme en nada.

Ps. A. T. dijo...

He comprobado en la clínica, que ese padre malvado, monstruoso, cruel, es amado profundamente. Trabajando, los psicólogos comprobamos la justeza de Freud al afirmar que el amor y el odio, en el inconsciente van de la mano, sin contradicción alguna.
Quizás debiéramos tolerar más contradicciones en nuestro pensamiento y en nuestros afectos conscientes. Esto iría de la mano de aceptar que la realidad es más compleja de lo que estamos dispuestos a tolerar.

Drake dijo...

Mi caso es de veras particular. Estoy unido a mi madre por cuerda de barco y cuando me hice marino se agravaron las cosas.

Yanela dijo...

Es divino tener un marido que te robe los hijos para quedarse contigo.
De todos modos, en caso de que te arrepientas, no puede ir demasiado lejos.

los Domínguez dijo...

Nuestro hijo sigue creyendo que nadie podrá amarlo como nosotros.
Estamos desesperados.

Rita dijo...

Cuando estoy nerviosa hago mil cosas diferentes y siempre sigo molesta. Si eso me ataca de noche, amanezco hecha un nudo entre las sábanas.

Yoel dijo...

Se puede decir que el 90% de esas molestias provocadas por la naturaleza provienen de uno mismo.

el oriental dijo...

Dado que es un hecho que debemos educar a nuestros hijos mal que les pese; por qué seguir apostando a la escuela valeriana?

el jóven manos de tijera dijo...

Con lo que acaba de decir, ya no voy a poder podar nunca más.

Martín dijo...

Le aseguro que la naturaleza también se vale de los padres (MUJERES) para molestar a los hijos

M. Eugenia dijo...

Las células sintéticas también forman parte de la naturaleza?

Nicanor dijo...

Conozco todas esas teorías pero mi padre las cumplió con grosería excesiva.

No hay teoría que me permita perdonarlo.