miércoles, 22 de septiembre de 2010

La admirada frigidez de los sabios

Millones de personas sueñan con la paz, la serenidad, un estado de reposo en el que el ánimo no esté agitado, ni estresado, ni perturbado.

Supongo que ese anhelo implica no tener ninguna pasión (deseo, cólera, miedo) y no tener ningún vicio (costumbre incontrolable de hacer algo con exceso).

También supongo que procuran igualar la situación ideal de un sabio, dotado de tan buen juicio, superioridad y madurez, que no se siente fuertemente atraído por nada y que, gracias a esa condición, su psiquis (alma, espíritu), está en reposo y con plena lucidez.

La pasión es una inquietud provocada por algo concreto y me preocupa cuando se habla negativamente de «inclinación». Por ejemplo, «la pasión es la inclinación a (realizar cierto acto)».

El verbo original (inclinar), significa la pérdida de la condición vertical, que tanto puede ser para acostarse como para torcer levemente el tronco en actitud de reverencia.

Seguramente la actividad sexual sea tan importante como conservar la salud y la vida, porque sólo tenemos que cuidarnos como individuos y como especie.

Para reproducirnos, es clásica la posición horizontal por lo cual, cuando se condena a la pasión por tratarse de una «inclinación a», estamos ante la represión del deseo sexual.

Ser apasionados es condenado porque el deseo sexual es condenable (excepto que se realice bajo ciertas condiciones que la cultura ha reglamentado prepotentemente).

Desde mi punto de vista, este es un defecto que tenemos los animales humanos.

Como carecemos de un período de celo, entonces tenemos que recurrir a la sanción, la prohibición, la condena, el castigo, la represión agresiva, para que nuestra reproducción no provoque un estallido demográfico.

En suma: La condena a nuestras pasiones nos quita vitalidad (alegría, entusiasmo, productividad, energía, actitud constructiva) precisamente porque en nuestra especie no es posible controlar instintivamente la superpoblación.

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9 comentarios:

Magdalena dijo...

Todo eso va a cambiar cuando se inscriba en el inconsciente el uso de anticonceptivos.

Clarisa dijo...

Si los chimpancés tienen período de celo, seguro que los humanos en algún momento lo tuvimos. Lo que no sé es si los chimpancés tienen período de celo.

Lorente dijo...

La naturaleza es sabia, pero no sabía que podíamos provocar un estallido demográfico.

Gualberto dijo...

La inclinación ayuda a enfocar el interés en una cosa. Estando derecho la visión es más panorámica.

Aldo dijo...

Sin pasiones no hay progreso.

Yolanda dijo...

Si el corazón nunca se agita es imposible curarse de espantos.

Rulo dijo...

Ya se sabe que los sabios son nerds.

Rosana dijo...

La psiquis jamás reposa, y menos cuando duerme.

Magalí dijo...

En realidad los sabios son apasionados por la sabiduría.