En tres artículos anteriores, he compartido con ustedes la importancia que tiene en nuestras vidas, organizarnos en base a lo que somos o en base a lo que tenemos (1).
Muy brevemente, en nuestras vidas cursamos una etapa (la niñez), en la cual nos quieren por lo que somos (niños, hijos de, graciosos, bellos, ingenuos, etc.).
Por ser como somos, recibimos comida, protección, caricias, amor.
Luego, todo eso tiende a cambiar y pasamos a ser amados por lo que tenemos: buena conducta, buenas calificaciones en los estudios, espíritu de colaboración, etc.
En la vida adulta, tenemos vigor y responsabilidad para tener una familia, para gestar o fecundar hijos, para cuidarlos y mantenerlos.
Nuestra búsqueda de aquel amor que recibimos gratuitamente, cuando éramos pequeños, suele quedarnos en algún lugar como una nostalgia, como una etapa maravillosa que desearíamos conservar o, al menos, repetir.
De hecho, queremos volver a ser amados por lo que somos, aspiramos al amor incondicional, sin que nos pidan nada a cambio. Queremos amor desinteresado.
Mientras estemos ocupando la posición de SER alguien amado, dejamos de ser alguien que es amado por lo que TIENE, y viceversa.
El dinero es un objeto (herramienta, mercadería, instrumento), que es objeto de atracción y de rechazo.
Por generar estos sentimientos es que casi nadie siente indiferencia hacia él.
Propongo la hipótesis de que muchas personas, inconscientemente, se identifican con el dinero, imaginan ser dinero, fundamentalmente para no resultar indiferentes ante los demás, aunque preferentemente para ser amados.
Por lo que digo más arriba, quien ES deja de TENER. Al niño lo queremos por lo que ES pero no por lo que TIENE.
Conclusión: Quienes anhelan inconscientemente SER dinero, no pueden TENERLO.
En otras palabras, quienes desean SER el objeto valioso no puede TENER el objeto valioso y devienen pobres patológicos.
(1) ¿Cuánto me cobras?
Polígamo, monógamo o gay
Sinagoga S.A.
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10 comentarios:
La mujer es dinero y el hombre tiene dinero.
Yo quiero ser valiosa y tener valores, acaso es mucho pedir?
El niño tiene al adulto que todos llevan fuera.
Por lo que dice Carola, algunos niños son muy codiciados por los raptores profesionales.
No puedo organizarme en base a lo que soy. Soy latino.
No puedo organizarme en base a lo que tengo. Soy latino.
Y no tengo visa.
Cuba es genial, pero no puede organizarse en base a lo que tiene.
Cada vez que con razón quiero parecer una niña, porque calibro las ventajas de esa etapa de la vida, me dicen que soy pueril.
Mi osito recibe comida, protección, caricias y amor. Pero si no tuviera una cosita tan linda, no recibiría mi amor.
Dejan de querernos por lo que somos cuando salimos de la familia y entramos a una institución. En el jardín de infantes las maestras no nos quieren por ser niños, sino por ser un poco menos insoportables que el resto.
Es lo que tiene la socialización y la prohibición del incesto: dejamos de ser, nos miran ojos extraños.
Si pasada la niñez empezamos a ser queridos por tener buena conducta, buenas calificaciones, espíritu de colaboración... entonces estoy perdido!
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