jueves, 30 de septiembre de 2010

Martillazos fuera del clavo

Casi todos estamos enterados de que nuestro planeta padece una crisis energética.

Dicho de otro modo:

sabemos que el petróleo que consumimos diariamente, no se renueva;

sabemos —por experiencia propia—, qué ocurre en nuestros hogares cuando se nos termina el combustible; y

sabemos que nuestra calidad de vida caerá estrepitosamente cuando la carencia sea global.

En otros artículos he mencionado la hipótesis de que la naturaleza, se vale de provocarnos dolor y alivio para que el fenómeno vida no se extinga.

Algo que hacemos, estimulados por estas agresiones de la naturaleza, es preocuparnos, con lo cual nos aumenta el estrés, el miedo, la angustia, y todo esto aumenta el dolor que la naturaleza nos provoca sin pedirnos autorización.

Es decir, lo que hacemos para evitar el dolor, es agregar más dolor.

Esta actitud contraproducente está provocada por nuestra creencia (anhelo, deseo) de que podemos gobernar la naturaleza y terminar de una vez por todas con esta mortalidad de la que, hasta ahora, no se ha salvado nadie.

Para tener el dinero necesario que nos permita acceder a una calidad de vida digna, los humanos consumimos energía, que reponemos respirando, durmiendo, alimentándonos.

La eficiencia de nuestro desempeño depende de lo que podamos ganar con nuestro trabajo. O sea, somos eficientes si ganamos lo necesario con la energía corporal que consumimos.

Por ejemplo, si un carpintero clava un clavo con un solo golpe de martillo, es más eficiente que otro que gasta energía en dar cuarenta golpes, diez de los cuales pegan sobre el clavo y otros treinta, en lugares próximos.

Estos comentarios están acá para terminar diciéndoles que nuestra angustia por la crisis energética, está parcialmente provocada por nuestra actual ineficiencia laboral, es decir, porque sentimos no estar ganando lo suficiente con el esfuerzo que hacemos.

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12 comentarios:

Francisco dijo...

Los viejos sabemos que el problema de la crisis energética le va a tocar a los que vengan.

Sandra39 dijo...

Será por eso que los políticos ancianos que están en el gobierno, no se preocupan lo suficiente en el tema.

Evaristo dijo...

Sandra y Francisco dicen que el tema no se aborda con toda la prontitud del caso porque el regalito se le tira a las generaciones que vienen. Me parece una forma de pensar es un poco cínica. Lo que sucede es que los gobernantes tienen que solucionar un sin fin de urgencias más urgentes aún que la crisis energética. Es muy fácil ponerse a criticar mirando desde la ventana.

M. Eugenia dijo...

Ud dice que no da para preocuparse por la crisis energética? que en realidad lo que nos preocupa es la energía que despilfarramos de manera ineficiente en nuestra vida cotidiana?

Damián dijo...

Al fin! Parece que M. Eugenia activó sus neuronas y se puso a pensar.

Oviedo dijo...

Cuando se trata de interpretar lo que le sucede a mis amigos, siempre le doy en el clavo. No sé si será por eso que dicen que soy un clavo...

Ernesto dijo...

Obreros de la construcción, maestras, trabajadores de la salud, y tantos otros compañeros que no se me ocurren en este momento, declaramos que nuestro gasto energético está muy por encima de nuestro salario. Somos eficientes realizando nuestra tarea, lo ineficiente es el sistema de reparto.

José dijo...

Mi padre quería que fuera carpintero porque él había sido carpintero, y sobre todo, porque José, el padre de Jesús, y hasta el mismímo Jesús, fueron carpinteros.
Pero yo odio la carpintería. Mire, basta con que huela la madera para que se me brote hasta el cuero cabelludo.
Como el viejo insistía, empecé a trabajar en la carpintería, aunque desganado, sabe, no le podía poner empeño. Así fue que un día me clavé un clavo en el dedo, otra vuelta me amputé una falange, hasta que el colmo fue cuando se me trancó la mano en la garlopa.
Costó pero el viejo entendió. (no me refiero a que haya entendido que yo quería trabajar en otra cosa, lo único que entendió el desgraciado, fue que yo no servía para la madera)

Diego dijo...

Agregar más dolor para evitar el dolor es un método eficiente. Lo corrobora el testimonio de José.

el visionario dijo...

Algún día la humanidad terminará con la mortalidad así como terminó con la poliomelitis. Y por si fuera poco resucitarán a todos los muertos, y crearán las condiciones necesarias para poder vivir en lugares recónditos del universo.

Facundo Negri dijo...

Bien que el visionario podría guardarse sus pronósticos en el bolsillo, porque ese futuro tan lejano no le interesa a nadie.

Andrés dijo...

A mí la crisis energética me importa un bledo, por lo que deduzco que gano lo suficiente, gastando la energía adecuada.