La memorización por repetición de una misma tarea
es lo que transforma a ciertos ciudadanos en especialistas. Estos, saben mucho
de pocas cosas y además se oponen tenazmente a los cambios tecnológicos o
metodológicos generados por el progreso.
Si hiciéramos una traducción
literal, la expresión francesa par coeur, en
castellano significaría «de corazón», sin embargo ellos la utilizan para
significar «de memoria». Por ejemplo, si
buscamos en el traductor de google
la expresión «étudier par coeur», nos devuelve «estudiar de memoria».
Todos sabemos que la insistente
repetición de una palabra o de una acción termina por convertirse en algo que
recordamos. Parecería ser que para los franceses esa recordación es un fenómeno
cardíaco. Sin embargo, es más probable que la expresión no se refiera al órgano
anatómico sino a su condición de representante de las pasiones humanas.
En otras palabras, es legítimo
pensar que los franceses...y cualquier otro ser humano, aprendemos de memoria,
o más simplemente, «aprendemos» (a secas), lo que deseamos
hacer muchas veces, lo que podemos encarar con pasión.
En lo que sí podemos apelar al corazón, como víscera, es en que, de
tanto hacer lo mismo, nuestro cuerpo termina transformándose adaptativamente.
Por ejemplo, alguien que trabaja mucho con las manos, verá cómo estas
aumentan de tamaño, de fortaleza, la piel se endurece si la tarea demanda una
mayor protección. Seguramente, las manos de un trabajador manual están bien
irrigadas por el sistema circulatorio, los músculos están tonificados, el
sistema nervioso mejora la sensibilidad en esa zona. En suma: la repetición
desarrolla el órgano más usado. Si lo que repetimos es un concepto, alguna
parte del cerebro también se transformará para que esa idea sea evocada con
mayor facilidad, es decir, se memorice.
Estas ideas de irrigación sanguínea, de repetición y de memorización,
están, como dije, vinculadas al fenómeno adaptativo y esto justifica por qué un
trabajador que realiza la misma tarea durante mucho tiempo termina mejorando su
desempeño porque, mental y orgánicamente, está adaptado a realizarla.
Simultáneamente, a medida que
alguien se especializa en una determinada actividad, también pierde destreza
para todas las demás. Por esta especialización que nos ocurre, es que:
1) Alguien deja de ser una
persona que sabe trabajar la madera para convertirse en un «carpintero». Deja
de ser un ciudadano como cualquier otro y se convierte en un «carpintero».
2) Cuando alguien deja de ser un ciudadano común para convertirse en
algo más específico, decimos de él que tiene ese atributo (dibujante,
ingeniero, madre);
3) Esto también explica por qué existe la tradición de que alguien con
mucha experiencia tenga salarios superiores a los novicios y también explica
por qué es tan difícil conseguir trabajo para una persona que sabe mucho de un
cierto oficio y casi nada de cualquier otra tarea;
4) Los cambios tecnológicos o los cambios en los sistemas de trabajo,
generan desocupación en las generaciones adaptadas a la antigua modalidad y
esta pérdida de trabajo es un motivo objetivo y comprensible de por qué los
expertos son personas particularmente opositoras a los cambios, a los avances,
al progreso.
En suma: los especialistas
son enemigos del progreso.
(Este es el Artículo Nº 2.135)
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