lunes, 17 de febrero de 2014

Pueblos pobres en territorios ricos

Los humanos criados en territorios ricos están predispuestos para el  subdesarrollo económico e intelectual. Los humanos criados en territorios pobres están predispuestos para el desarrollo económico e intelectual.

Existe un refrán que enuncia: «La excepción confirma la regla». Es por esto que algunos dicen: «Si una regla no tiene excepciones, entonces no es una regla».

Pero, claro, los humanos somos tan confusos, erráticos y discutidores que no faltará quien diga, y con toda razón, «Hecha la Ley hecha la trampa», con lo cual podemos concluir que, si una norma no tiene excepciones, alguien se ocupará de crearlas (a las excepciones o a las trampas).

Con este prólogo estoy abriendo un paraguas intelectual para presentar una afirmación de mi cosecha, aunque no sé si soy el primero en pensarla.

Mi norma, regla o Ley dice: «Los territorios ricos gestan humanos pobres y los territorios pobres gestan humanos ricos».

En América Latina tenemos muchos casos en los que mi Ley se cumple: Los territorios que tienen yacimientos de minerales valiosos o vegetación exuberante, son habitados por pueblos pobres, empobrecidos, mediocres, indolentes, haraganes, apáticos.

En Europa tenemos muchos casos en los que mi Ley también se cumple: Los territorios que NO tienen riquezas minerales y ni siquiera poseen muchas tierras cultivables, son habitados por pueblos ricos, ambiciosos, conquistadores, aventureros, creativos, imperialistas.

Estados Unidos es un caso en el que la Ley se cumple en sus dos extremos más positivos: poseen un territorio rico, pero sus pobladores son tan ambiciosos que se comportan como los pobres europeos, que no tienen más remedio que enriquecerse porque su madre tierra no dispone de tantas riquezas para darles.

Lo que probablemente le ocurrió a Estados Unidos es que posee un territorio rico pero habitado por inmigrantes que nacieron en las pobres tierras europeas. Estos inmigrantes lucharon como pobres sin que la riqueza territorial los adormeciera (como nos adormece a los sudamericanos).

Claro que el concepto de riqueza que yo utilizo es el concepto capitalista occidental. Nuestros pueblos indígenas no se sienten pobres aunque vivan en chozas miserables porque para ellos la riqueza está en valores más espirituales, incomprensibles para los materialistas capitalistas como yo.

Esta reflexión, que anida en mi cabeza desde hace décadas, sale a luz ahora porque Venezuela es un territorio rico (en petróleo y en vegetación) poblado por gente pobre, en dinero y en expectativas de progreso.

Si comparamos a los suizos y su pobrísimo territorio con los venezolanos y su riquísimo territorio, obtenemos un ejemplo perfecto para fundamentar mi Ley.

(Este es el Artículo Nº 2.125)


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