Lo que en
realidad hace un inversor es dar una orden a muchos trabajadores para que hagan
la tarea que es el objetivo de la inversión, por ejemplo: “construyan una
escuela”, cuando invierte en educación; “planten árboles”, cuando invierte en
forestación, etc..
Dejemos volar nuestra pesada inteligencia, como
si fuera Dumbo, aquel elefante de Walt Disney que se valía de sus enormes
orejas como si fueran alas.
Dumbo representa a la inteligencia, precisamente
por lo pesada, por cómo aplasta todo lo que pisa. La imaginación vuela como una
mariposa.
Es la cultura occidental, en la que vivimos, la
que privilegia a la inteligencia y subestima a la imaginación. Quizá sea por
esto que la creatividad es tan escasa y quizá también sea por esto que pasamos
siglos repitiendo los mismos razonamientos, incapaces de levantar vuelo. Somos
tan conservadores que la imaginación nos provoca vértigo.
Desde acá, sin arriesgar nada, imaginemos algo
inteligente.
Es posible pensar que el dinero es trabajo. Solo
tenemos dinero cuando trabajamos. El valor del dinero está dado por el trabajo
que representa.
Expresado en forma sencilla, los 1.000 que me
paga mi empleador a fin de cada mes, equivalen al esfuerzo que hice para
ganarlos. Si los gastara íntegramente en la compra de algún objeto, este objeto
tendría ese valor porque la persona que lo hizo también cobró 1.000.
Claro, al expresar esta idea de forma tan
sencilla estamos dejando de lado una cantidad de otras intervenciones humanas,
por ejemplo: fabricantes de insumos, transporte del objeto, fabricación de los
billetes, policías que cuidaron que nadie robara, alquiler del local donde
estuvo guardado entre que se terminó de construir y el momento en que pasó a
mis manos, y así, una larga lista que fragmentan esos 1.000, dada la cantidad
de trabajadores que intervinieron en la fabricación del objeto que se terminó
vendiendo en 1.000.
Esos 1.000 condensan el trabajo de muchas
personas.
La idea, un poquito novedosa, que deseo compartir
con usted es la siguiente:
Cuando una persona tiene dinero, en realidad
tiene el poder de la cantidad de trabajadores que intervinieron para formar ese
valor.
Cuando llega un inversor con su dinero, lo que en
realidad trae es como un ejército de trabajadores capaces de producir. Al traer
el condensado de trabajo (dinero), lo que en última instancia trae el
inversor es ese trabajo comprimido en
el valor de cambio que poseen los billetes.
En suma:
podemos pensar, como para entender algo sobre qué es el dinero, que este
representa a los trabajadores que fueron capaces de generarlo. Podemos pensar
que un capitalista dispone de muchos trabajadores que lo obedecen. El puede
ordenarles: “construyan esa escuela”,
“fabriquen muebles de madera”, “planten hortalizas”... Todos los imaginarios
trabajadores harán lo que el capitalista les ordene (según dónde esté
invirtiendo su dinero).
(Este es el Artículo Nº 2.129)
●●●
No hay comentarios:
Publicar un comentario