Una técnica muy usada por gente astuta consiste en pedir favores a cuenta de una reciprocidad maravillosa. «Contá conmigo para lo que sea y cuando sea» dice el astuto. Cuando llega el momento de pedirle un favor, éste suele contestar: «¡Qué mala suerte que tienes! Justo ahora me es imposible ayudarte».
Como es mucha la gente que no sabe distinguir una promesa de una acción concreta, es fácil para el astuto comprar la voluntad de los ilusos pagando con un compromiso cuyo cumplimiento es dudoso.
Sin embargo, ¡cuidado! No debemos pensar que el astuto está haciendo algo innoble. Lo que él hace en realidad es gratificar muy especialmente a quien prefiere disfrutar de una promesa maravillosa a recibir un pago tangible pero mucho menos ideal y romántico.
Por lo tanto, nada debe cambiar. Este artículo sólo pretende explicitar lo que suele suceder, sin criticar negativamente. Cada uno sabe en qué moneda prefiere cobrar lo que entrega.
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10 comentarios:
También soy psicóloga (recién recibida) y creo entender que este colega es una especie de voyeur porque muchos de sus artículos dicen que él no quiere cambiar nada pero que igual nos muestras las cosas como son.
Digo esto porque en mi escuela teníamos a un compañero que se había agarrado la mala costumbre de levantarnos la pollera y según nos explicaron él sólo quería mirar pero no pretendía más nada que eso.
Quizá otros colegas con más experiencia puedan decirme si mi interpretación es acertada o no.
El eslogan "dicho y hecho" está bueno porque es cierto, a mi se me entreveran las ideas y no logro diferenciar a tiempo cuando alguien me promete y cuando alguien me cumple ya. Sobre todo cuando el asunto me interesa mucho, por ejemplo cuando me compré el auto estaba tan nervioso que no me di cuenta que casi toda la carrocería estaba apenas sostenida por la pintura y después vinieron los gastos metalúrgicos que casi me duplicaron el precio que había pagado.
Le tengo que criticar al que escribe este blog que nunca se la juega por nada. Siempre está diciendo que tal cosa es así -y parece que sugiere que está mal- y después agrega un "pero" y ahí continúa diciendo que esa tal cosa también puede interpretarse... y ahí agrega argumentos de por qué está bien. La verdad, no lo entiendo. Las cosas están bien o están mal, pero no cabe en la cabeza de nadie que la misma cosa esté bien y esté mal al mismo tiempo.
Lo más interesante de este texto es cuando dice que el que prometió le echa la culpa a uno de que él no cumpla.
He padecido muchas veces a esta inmundicia humana y no tengo ninguna consideración hacia su conducta abyecta.
Algún día la ciencia médica inventará un antibiótico que sea efectivo contra los semejantes que mienten, embaucan, estafan y se aprovechan de la buena fe de los demás.
Son gusanos que todo lo pudren.
A mi me costó mucho aceptar que los reyes magos es un mito y a mi compañera también le cuesta mucho. Para nosotros es muy divertido dejarnos regalos en los zapatos y hacer un trabajo del tipo KGB o CIA para comprar algo sin que el otro se de cuenta y después no lo encuentre dentro del monoambiente donde vivimos. La adoro porque ella es así. Capaz que estamos dándole largas a tener hijos para que no se nos estropee este juego tan divertido.
¿Me parece a mi o acá están hablando de los gobernantes sin mencionarlos?
¿ud. dice que no está mal que un astuto ilusione a quien desea ser ilusionado? Por lo tanto dice que no está mal vender falsedades, si eso es lo que el otro está pidiendo sin darse cuenta. No estoy de acuerdo, es claramente inmoral, se trate de gobiernos o personas.
No creo que los gobernantes, los políticos y los ciudadanos comunes, estén particularmente afanados en prometer cosas que no van a cumplir.No la mayoría. Creo que en general se desea cumplir, se sobrevalora la propia capacidad o simplemente se actúa con liviandad. Eso da mucha bronca pero una cosa es ser irresponsable y otra estafador.
Quizás esos ilusos no estén tan necesitados de paga. Quizás cobren en especias que ud. ni imagina.
Me pareció interesante cuestionarme en qué especias prefiero cobrar lo que entrego.
Descubrí que a veces entregar y cobrar son un sólo y mismo acto.
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