Desde siempre supimos que el planeta a veces es abundante y otras es escaso. La economía de los países, que parece estar rigurosamente controlada por los humanos, igualmente tiene períodos de prosperidad y períodos de escasez.
Lo que hacemos ahora es más o menos lo mismo que hacíamos cuando aún no teníamos economistas: ahorrar.
Los adultos que lean esto seguramente conocieron el estímulo de nuestros padres a guardar monedas en una alcancía que tenía la forma de un chanchito.
Teniendo en cuenta la cantidad de cosas que pasan por nuestras cabezas y que nos influyen sin que ni siquiera tengamos conciencia de ellas, es oportuno comentarles una idea.
El cerdo es un animal que parece obeso, gordo, con mucha grasa, tejido adiposo. Alimentarlo con muchas monedas significa engordarlo, aumentarle el peso, el tejido graso, las reservas alimenticias.
La obesidad (el sobrepeso, la gordura) siempre estuvo asociada a la prosperidad y de esta manera la alcancía con forma de cerdo era un buen ejemplo para que los niños aprendieran la sana costumbre de ahorrar.
Ahora que nuestra cultura ha llegado a la conclusión de que el tejido graso es maligno, enfermante, peligroso, aquella idea de engordar la alcancía (ahorrar) puede estar siendo una mala práctica: lo bueno es ser delgado, sin tejido graso, sin reservas, sin ahorros, sin actitud previsora.
De esta manera, no pudiendo (por razones de salud) ser ahorrativos y previsores, somos consumidores del sistema financiero que al prestarnos dinero nos cobra intereses tan altos que convierte a la delgadez en una moda más cara de lo que parece.
Insisto: estas asociaciones entre cerdo-gordura-ahorro y moda de la delgadez-no ahorro, no son conscientes, no pensamos en ellas. Sólo actuamos guiados por un pensamiento influido por estos móviles inconscientes.
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18 comentarios:
... y desde que existimos los economistas, a esas decisiones las llamamos "medidas contracíclicas" (guardar mientras hay para cuando no hay).
Me cuesta creerlo, pero su razonamiento me cierra totalmente.
Soy un gordo asumido pero despilfarro mi dinero ¡ahorrar imposible!
Me gusta ahorrar con un objetivo, o sea para comprar algo. Cuando llego a la meta lo gasto y empiezo de nuevo. Nunca pude ahorrar por las dudas; tengo que intentarlo.
Antes los pobres eran flacos, ahora es al revés, los que se alimentan barato, consumen muchas harinas y son gordos. Los que tienen la posibilidad de alimentarse bien tienen dinero y son delgados.
Hay que hacer alcancías con la forma de largas y estilizadas serpientes.
¿Un buen psicoanalista puede ayudarme a encontrar las asociaciones inconcientes que trancan mi vida?
Por razones de salud tendría que abandonar esta changa...
Me gustaría ahorrar un poquito de alegría para los momentos de tristeza, aunque el precio fuera ser feliz con menos intensidad.
Si la búsqueda de la delgadez no le conviene a la especie, tarde o temprano se va a abandonar.
De chico lo que más me gustaba de ahorrar era contar una y otra vez las monedas y los billetes.
la palabra "previsión" la asocio con el nombre de una casa fúnebre
¡voy a demandarlos por la asociación que provocan en mi inconsciente!
Además el cerdo gordo se asocia con la mugre y la comida descompuesta de la basura.
Creo que el planeta es abundante y escaso al mismo tiempo; depende la zona.
Necesito un detector de mentiras para revisar las cosas que pasan por mi cabeza.
Los humanos cada vez controlamos más todo y parece que todavía no es suficiente.
Tendríamos que ahorrar adentro de un águila, que es un animal con mucha visión y anda volando!
Por favor no me haga acordar del chanchito! Mi madre me lo vaciaba una vez por mes.
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