miércoles, 15 de julio de 2009

¡Felicitaciones! Usted ha ganado un premio.

Leí una frase que me pareció una gragea de inteligencia condensada: “Tener suerte es saber cómo ubicarse en la trayectoria del azar”.

Si el autor lee este blog sabrá disculpar mi ignorancia sobre su autoría.

Los juegos de azar combinan probabilidad con vértigo. Los que tienen más baja probabilidad de acierto suelen ofrecer posibilidades de apuesta más espaciadas en el tiempo que los que tienen más alta probabilidad de acierto.

Las loterías se juegan una o dos veces por semana mientras que la ruleta toma y paga apuestas cada pocos minutos. El premio mayor de una lotería puede tener una posibilidad en 30.000 y en la ruleta una posibilidad en 37.

Estas consideraciones sobre el azar en los juegos pueden ser tenidas en cuenta para analizar el sentido de la frase del primer párrafo.

Si aceptamos que «la suerte es saber cómo ubicarse en la trayectoria del azar» entonces no es algo que suceda sin nuestra intervención. Saber cómo ubicarse requiere una destreza, una inteligencia, un estudio, un trabajo.

Los que habitualmente navegamos en Internet, solemos encontrarnos con algunas páginas que con mucho despliegue gráfico nos felicita porque hemos ganado un premio fantástico.

Pues bien: si usted es de los que cree que eso puede ser posible, ¡cuídese! porque está creyendo que la suerte existe sola, sin que tengamos que hacer nada, sin trabajar.

No quiero ser alarmista, pero si usted creer en los milagros (o en la suerte fácil) entonces integra el grupo de riesgo de quienes pueden padecer la pobreza patológica.

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19 comentarios:

Gilda Antunez dijo...

El capitalismo que usted defiende con tanto entusiasmo me hace pensar que las ciudades son un gran burdel y que lo que llaman "emprendedores" son prostitutas que no se cansan de pasearse provocativamente por las calles.

Nicanor dijo...

A veces me pregunto seriamente si no será un error que a los niños nos hagan creer en Papá Noel y en los Reyes Magos.

Por más que finalmente nos aclaran cómo es la historia, algún foco infeccioso puede quedar en nuestras mentes para siempre.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que la suerte da trabajo.

Marina dijo...

Bien dicen que a la suerte hay que ayudarla!

Adela dijo...

No entiendo cómo puedo ser tan estúpida. Siendo niña, en la escuela me esforcé por demás en ser una buena alumna, sin sacar provecho alguno. Ahora en mi trabajo aplico la ley del mínimo esfuerzo, siendo que, ponerle voluntad, redundaría en mi beneficio; hasta me haría disfrutar más de lo que hago. Si algún día logro cambiar esta actitud, prometo que se lo comunicaré Licenciado.

Guzmán Nietto dijo...

Creo que alguien está desviando la trayectoria del azar porque no es posible que siempre esté tan mal ubicado.

Almilivia dijo...

Con mi osito ya me saqué la lotería!!

Lautaro dijo...

Reconozco que soy demasiado tacaño como para apostar dinero.
Prefiero pensar que no soy gil.

Martín dijo...

Las empresas y organismos estatales deberían abundar más en incentivos. Somos como los cachorros, necesitamos premios.

Elbio dijo...

Me parece importante para lograr ubicarse en esa trayectoria del azar, rodearse de vínculos que actúen como facilitadores. (nada mejor que ser Masón, por ej)

Jorge T. dijo...

Mi trabajo más duro todas las mañanas es romper la inercia.

Grafito Paredes dijo...

La suerte tiene una dama de compañía que se llama perseverancia.

Marcos dijo...

Los internautas deben defenderse de los agujeros negros que pululan en el ciber espacio

López dijo...

Le estoy dando demasiado fuerte a la timba. Voy a aflojar un poco a ver si se me van los vértigos.

Luis dijo...

Me considero un tipo de suerte, pero nunca aposté a la suerte o cifré esperanzas en los juegos de azar. Lo cierto es que juego pocas veces y emboco a menudo. He conocido gente que me ha ayudado mucho en el plano laboral y hasta ahora siempre he invertido con éxito. Al menos hasta ahora ha sido así.

Isabel dijo...

La única vez que gané un premio tuve que cruzar la Patagonia para irlo a buscar.

Facundo Negri dijo...

Soy uno de los que para ubicarse en la trayectoria del azar, tuvo que hacer un pacto con el Diablo.

Carla Piaza dijo...

Cada vez que intento intervenir en mi destino, hacer uso de mi propia libertad, ejercer mi ciudadanía, merecer la vida, y todo lo demás, termino cagado por las palomas.

Estrella dijo...

La probabilidad de que el vértigo me boltee crece en sentido proporcional a mis éxitos.