martes, 7 de julio de 2009

Virus, leones y comerciantes

Juan y María pueden asociarse porque se tienen confianza recíproca. Cansados de obtener escasos resultados a cambio de mucho esfuerzo, se reunieron un lluvioso fin de semana en un hotel campestre y dedicaron gran parte del tiempo a pensar cómo salir de esa situación.

Ya en la mañana del primer día pudieron redactar la siguiente idea central:

«Toda organización opera a partir de un conjunto de hipótesis (supuestos, creencias, datos), entre las que se cuentan cuál es el negocio, qué objetivos persigue, qué necesitan o desean los potenciales clientes y cuál es su disponibilidad económica. Aplicando una estrategia adecuada se lleva el proyecto de negocio a la práctica para alcanzar los resultados deseados en un ambiente impredecible (mercado). En otras palabras, la estrategia logra que el emprendimiento sea oportunista (aproveche las oportunidades). »

Conformes con la conclusión de las primeras horas de trabajo, almorzaron y se acostaron a dormir una siesta. Estaban quedándose dormidos cuando oyen que un periodista decía por la televisión algo así como que «los virus son oportunistas porque colonizan a sus víctimas cuando en éstas baja el rendimiento del sistema inmunológico».

María recordó el horror que le provocan las películas documentales en las que se exhibe a los felinos (leones, leopardos, chitas) persiguiendo y matando (de manera «oportunista») a las presas más vulnerables.

Recordó que su proyecto con Juan implicaba ser «oportunista» y todo el entusiasmo desapareció.

Al comentarlo con Juan éste también se dio cuenta que no podría convertirse en un «oportunista» que «lucra» (gana dinero) con las necesidades y deseos ajenos.

El proyecto fue archivado y el lunes volvieron a sus respectivos trabajos. Se felicitaron por no haber avanzado en la idea y por todas las demás cosas que pasaron aquel lluvioso fin de semana en el hotel campestre.

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13 comentarios:

María Sueña dijo...

Está lloviendo en Lima y desearía que acá esté mi Juan para que no fuéramos a trabajar ninguno de los dos.

Guyunusa dijo...

Nadie puede estar en contra de que se busque satisfacer necesidades y deseos. Si las necesidades son las propias, negarse a satisfacerlas implica la muerte. Siendo las necesidades y los deseos ajenos, el tema se complica un poco más. Si nos imaginamos una madre con su bebé, lo que esperamos es que la mamá calme las necesidades de su hijo. Introduciendo una pequeña variante a la situación anterior (el bebé ya no es un bebé sino que es un adolescente), ya no podemos estar seguros de que en todas las oportunidades lo correcto sea satisfacer las necesidades del hijo.
Si existen clientes es porque la división del trabajo se ha complejizado cada vez más. Ese es un hecho imposible de cambiar si aceptamos vivir en una sociedad de las que llamamos civilizadas. Dado que existen clientes, deducimos que existen proveedores. Los proveedores realizan un trabajo por el que cobran dinero (otro hecho imposible de cambiar si aceptamos vivir en una sociedad civilizada). Pero ese dinero no les llueve del cielo, tienen que ganárselo. Para ganarlo deben ser oportunistas - tal como explica el licenciado - porque de lo contrario a ningún cliente le serviría contratar sus servicios o adquirir los bienes que producen. En tal caso se comportarían como una madre que intentara satisfacer el hambre de su hijo adolescente ¡amamantándolo!

Andreína Aberasturi dijo...

¿Por qué no cuenta qué fue lo que pasó en ese lluvioso fin de semana? Ud hace acto de fe en nuestra imaginación y (yo al menos) se lo agradezco, pero lo que me pone curiosa es saber qué imaginó ud.

Jesús Pelayo dijo...

Seguro que Juan y María almorzaron lentejas; por eso se pusieron tan negativos cuando escucharon hablar de los virus oportunistas. (cualquiera sabe que las lentejas producen melancolía)

María dijo...

Quiero un buen proyecto oportunista y tener el poder suficiente como para trabajar apoyando a los débiles. Quiero ganar buena plata y que los débiles se transformen en fuertes que se unan a proyectos similares.
Así ser débil será sólo una circunstancia de la que cualquiera podrá salir.

Luciano dijo...

Un león con hambre que lucha por su vida, no va a buscar al venado más veloz y fuerte para perseguirlo hasta fracazar. Eso mismo repetido en todos lados, terminaría en pocas horas con la vida en el planeta.

el futurólogo dijo...

Por culpa de Juan y María hoy no existe el Club Social y Deportivo "Las Dunas".

Mariana dijo...

No sabía que Chita fuera una mona tan abominable ¡con lo cariñosa que es con Tarzán!

Coustou Junior dijo...

El bicho más oportunista que existe es la ballena ¡tremendo corpacho y come placton!

Daniel Yáñez dijo...

Los empresarios que lucran de manera más franca y directa con las necesidades y deseos ajenos son los dueños de los hoteles de alta rotatividad.

Adela Herrera dijo...

Es una pena que Juan y María no hayan empezado un negocio juntos. Ya tenían a favor lo más importante: la mutua confianza.

Seguro Soza dijo...

De la idea central de estos chicos hay dos palabras que no me gustan: ambiente impredecible.

Eva Lista dijo...

Quiero un fin de semana lluvioso y reunirme con alguien en un hotel campestre... y después no importa.