viernes, 3 de julio de 2009

Mamá-papá

El hermafroditismo —también llamado intersexualidad— es la poco frecuente presencia de glándulas sexuales masculinas y femeninas en un mismo individuo.

En la naturaleza existen especies —fundamentalmente del reino vegetal— con esa particularidad pero en ningún caso un ejemplar de ellas puede fecundarse a sí mismo.

No se conocen casos de seres humanos hermafroditas capaces de producir simultáneamente óvulos y espermatozoides.

Sin embargo la fantasía nos hace soñar (anhelar, desear) con la posibilidad de ser totalmente autosuficientes, con el poder de prescindir de los demás.

Nuestro instinto reproductivo suele ser el causante de fuertes emociones contradictorias porque ese deseo de ser autosuficientes se ve frustrado por la necesidad de reproducirnos recurriendo a otra persona del sexo opuesto.

La necesidad de cooperación entre dos roles (sexos, géneros) para lograr la reproducción de las especies inspiró la llamada división del trabajo.

Desde hace siglos sabemos que un fabricante de alfileres puede hacer 1.000 por día pero si la tarea se reparte entre varios, cada trabajador puede hacer 10.000.

El inconveniente en este caso es que nadie podrá sentirse el fabricante de un solo alfiler porque a lo sumo habrá cortado el alambre, o le habrá formado la cabeza, o le habrá formado el extremo punzante.

Para algunas personas constituye una dificultad intolerable unirse a otra para gestar un nuevo ser y transcurren su existencia sin haber concebido hijos. En otro orden, hay personas que no pueden limitar su tarea a una rutina muy sencilla y monótona, sin sentirse protagonistas del producto terminado.

La división del trabajo tiene fines netamente económicos, de rentabilidad, pero puede ser desmotivador para los trabajadores que necesitan percibir su participación en el producto terminado.

●●●

15 comentarios:

América D. dijo...

Usted es un irreverente! (y se lo digo con simpatía): cómo puede comparar la "división del trabajo" con la relación sexual hetero?

Rodrigo Sánchez dijo...

Por lo que recuerdo fue Henry Ford quien perfeccionó y optimizó la producción en base a la división del trabajo creando la famosa "Cadena de Montaje", en la que diferentes operarios iban agregando piezas que armaban el primer auto armado así (Ford T).

Natalia Pi dijo...

Me gusta masturbarme pensando en una mujer como yo y dejandola embarazada para que tengamos una niña como fui yo.

Rocío dijo...

Por método dudo de todo ... especialmente de lo que ud dice.

Yolanda dijo...

¿Quién le dio permiso para meterse en mis sueños y afirmar que deseo ser autosuficiente?

Natalio Omega dijo...

Ud tiene toda la razón. La primer división del trabajo tiene que venir de la división de roles de acuerdo al sexo. Quizás la segunda haya sido de acuerdo a la edad. ¿O esa habrá sido la primera?

Augusto Negri dijo...

No me hable del gremio de la aguja. Hoy estoy repinchado.

la gordis dijo...

COMO en la fábrica nunca veo el producto terminado, apenas llego a casa me cocino una torta y me la COMO. Pero da lo mismo, todo empieza y termina con el mismo verbo.

Honesto Fulcatto dijo...

Para mí sería completamente intolerable concebir un ser que se parezca en algo a la familia de mi mujer.

Yayo dijo...

Yo hago un sólo alfiler por día ¡pero soy un trabajador independiente!

Iris dijo...

Cuando cocina mi marido, su participación es claramente perceptible.

Rosaura Prado dijo...

La injusticia empieza ahí, en la cooperación para engendrar un hijo ¡No va a comparar la participación del hombre con la de la mujer!

CHECHU dijo...

Banco de semen y reproducción in vitro. EL OTRO SEXO NO EXISTE.

el patota dijo...

A mí me gusta unirme a otra persona para gastar a un nuevo ser.

la coneja dijo...

Lo que no concibo es cómo pude concebir tantos hijos...