lunes, 5 de marzo de 2012

Deuda sin duda

Un inconsciente que confunde la palabra «deuda» con la palabra «duda», estimula el endeudamiento para aliviar la insoportable mortificación de la incertidumbre (duda).

En otro artículo (1) les comentaba que algunas personas (sólo algunas, no todo ser humano) pueden tener un inconsciente que hace una extraña (¿insólita, irracional, increíble?) interpretación del sistema financiero.

Les decía que para el inconsciente de algunas personas es posible que esa confianza que los (¿avaros, mezquinos, insensibles?) banqueros tienen con los prestatarios (deudores, clientes que toman dinero prestado), es una señal «inequívoca» de que pronostican la muerte del cliente para una fecha posterior a la cancelación.

El inconsciente de esas personas «cree» que si el banquero les presta dinero a un año, es una señal «inequívoca» de que vivirán por lo menos un año.

Las personas que huyen de la realidad, por considerarla excesivamente desagradable, necesitan pensar que los banqueros son malas personas pues esta característica es una garantía de que pronosticarán la verdadera sobrevida. Suponen que un banquero bondadoso haría pronósticos optimistas pero falsos.

Al constatar que el pronóstico del banquero fue acertado (porque sigue con vida), tendrá que gestionar una renovación para «asegurarse» otro año más y así hasta convertirse en inmortal.

Como el inconsciente está oculto a la conciencia el fenómeno de endeudamiento no tendrá fin excepto que se sienta accidentalmente descubierto porque algún psicoanalista enunció esta hipótesis que les comento.

Si esto ocurriera, esa persona notaría que paulatinamente iría perdiendo interés en pedir dinero prestado. Algunos podrían llamar a esto una «curación» y no estarían del todo equivocados.

Con la misma «ilógica», otro psicoanalista podría decirle a alguien: «Quizá usted necesita tener ‘deudas’ porque tener ‘dudas’ le resultaría mucho más penoso», ... y en algunos casos también podría ocurrir eso que algunos llamarían acertadamente «curación».

(1) No poder vivir sin endeudarse

(Este es el Artículo Nº 1.484)

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8 comentarios:

M.K. dijo...

¨La insoportable levedad del ser¨ está compuesta por deudas y dudas.

Rulo dijo...

Las deudas hay que pagarlas... por las dudas.

Roberto dijo...

Tener deudas concentra nuestra atención lejos de las dudas.

Mariana dijo...

No imagino a nadie viviendo sin dudas.
Tampoco creo que sea posible vivir sin deudas, ya sea porque sacamos un crédito o porque tenemos una deuda de amistad o lo que sea.

Nora dijo...

Lo que usted dice bien puede ser, porque asociamos por semejanza y cercanía.

Nolo dijo...

Bien sabido es que los préstamos te dan vida (para seguir tirando).

René dijo...

Tengo deudas, luego existo.

Margarita dijo...

Entonces podría tener algo de cierto la frase ¨no hay mal que por bien no venga¨.