lunes, 19 de marzo de 2012

Los oficios y el talento natural

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«En casa de herrero cuchillo de palo» ocurre cuando el «herrero» no hace lo que mejor sabe hacer.

Cada vez que alguien empieza una frase diciendo «La vida es...», alienta la esperanza de que habrá de decir algo muy importante, aunque a la postre suele frustrarnos expresando un pensamiento muy impactante pero que si quisiéramos utilizarlo sabríamos de su ineficacia.

Facebook está lleno de esos contenidos infinitamente huecos pero que consumen, segundo tras segundo, nuestra única vida... porque al final la vida no es mucho más que esto: un collar de muchísimos momentos, el promedio de los cuales son trivialidades, simplezas, naderías.

«La vida es un collar de naderías» podría ser el resumen de estos dos párrafos. Lo pondré en mi Muro.

Hemos oídos con espíritu ligeramente burlón, el proverbio que dice «En casa de herrero, cuchillo de palo», para significar situaciones como que a un bombero se le incendie la casa, que un médico esté enfermo o que un psicólogo tenga hijos drogadictos.

Por neurosis podemos entender el conjunto de fenómenos psíquicos causados por la inadaptación de nuestros instintos a las imposiciones culturales.

Por ejemplo, es neurosis tener muchos hijos con muchas mujeres para disimular una pujante homosexualidad; es neurosis despilfarrar dinero para irritar al padre ahorrativo; es neurosis obsesionarse con el lavado de manos para no pensar que quizá somos hijos adoptivos de quienes dicen ser nuestros padres biológicos.

Cuando la neurosis nos lleva a hacer algo diferente a lo que realmente deseamos, distinto a lo que mejor haríamos por talento natural y hasta contrario a lo que más nos convendría, estaremos muy expuestos a que los hechos contradigan nuestras decisiones, porque quisimos dedicarnos al arte (nuestro verdadero talento) pero un tío nos trató de afeminados o quisimos ser mecánicos pero consideramos más elegante estudiar abogacía.

(Este es el Artículo Nº 1.498)

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8 comentarios:

Rubén dijo...

Me gusta mi trabajo, pero son ocho horas de lo mismo. Por eso cuando llego a casa me niego a seguir haciendo el mismo tipo de cosas. A mí también me dicen que en casa de herrero... Yo lo que trato es que mi vida sea algo más que mi trabajo.

Olegario dijo...

Estoy de acuerdo con Fernando, si hacés lo que te gusta (y casi siempre lo que nos gusta es lo que hacemos bien), no habrá gran diferencia de rendimiento entre lo que hacemos en casa y lo hecho en nuestro lugar de trabajo.

Alberto dijo...

Entonces contradecir nuestra vocación y nuestros gustos en general, puede llevarnos a conductas neuróticas. Es importante pensarlo.

Susana dijo...

A las mujeres siempre nos ha pasado eso de dedicarnos obligatoriamente a un conjunto de tareas en el hogar, que en muchos casos no nos gustan.
Lo importante es tener hijos porque se los desea, no por mandato social. Las otras tareas - que por suerte ahora están dejando de ser típicamente femeninas- como limpiar y cocinar, y bueno, una más o menos se las arregla.

Irene dijo...

Comparto ampliamente su opinión sobre los contenidos de Facebook. Colgar frases ¨célebres¨ con mensajes más que conocidos, no sé qué sentido tiene. A mí la sensación que me da es que buscan una reafirmación permanente. Como si todo el tiempo necesitaran decir ¨estoy del lado de los buenos¨. Es una forma de alentar el NO PENSAMIENTO, repitiendo siempre los mismos clichés.

Gabriela dijo...

No me parece correcto pensar que un odontólogo no pueda tener caries, un psicólogo hijos drogadictos, etc. Eso implicaría pensar que alcanza con tener conocimientos sobre un área del saber humano, para evitar los problemas que allí pudieran surgir.

Magdalena dijo...

Descubrir para qué tenemos talento, a veces no es fácil. Puede ocurrir casualmente o ser el fruto de una larga búsqueda con intentos fallidos. También puede no ocurrir. Como todo en la vida, es cuestión de suerte.

Lucas dijo...

A veces el ¨herrero¨ está cansado, estresado, detonado... y puede volverse peligroso.