Por un inconsciente intento de eludir la prohibición del incesto, algunos trabajadores no pueden cobrar por su trabajo.
El cariño, la ternura y la solidaridad son las expresiones de amor que manifiestan los integrantes de una familia a cada uno de sus integrantes.
Pensemos a la familia y a la sociedad como círculos concéntricos.
El círculo más pequeño (familia) contiene a los familiares: madre, padre, hermanos.
El círculo más grande (sociedad) contiene a las familias: Los Pérez, los Rodríguez, los González.
La interacción dentro de la familia se realiza en forma solidaria. Todos contribuyen con lo que pueden a las tareas necesarias para la supervivencia y calidad de vida. Esas tareas no son remuneradas sino que existe un acuerdo tácito de cooperación.
La interacción dentro de la sociedad se realiza con un criterio económico. Quienes trabajan para familias diferentes a la propia, son remunerados con dinero.
En suma: el amor no monetario (alimentación, cuidados, mimos) circula dentro de las familias y el amor monetario circula fuera de las familias.
La pobreza patológica tendría como una de sus miles de causas el no saber diferenciar la familia propia de las demás familias.
¿Por qué alguien puede confundir a un integrante de la propia familia con los integrantes de otras familias?
La causa más importante y menos obvia refiere a la incomprendida prohibición del incesto.
Efectivamente, quienes tratan a todos como si fueran de la familia creen que lo hacen por pura bondad, bonhomía, solidaridad, cuando en realidad es un intento de transgredir esa insoportable prohibición.
El rechazo del dinero es un intento de considerar a los integrantes de otras familias como integrantes de la propia.
Una vez lograda esta confusión entre familiares y no familiares, es posible imaginar que las relaciones incestuosas son posibles pues están autorizadas con esos «familiares» agregados.
(Este es el Artículo Nº 1.491)
●●●
11 comentarios:
Es posible que en el vínculo de pareja intentemos reheditar el vínculo primigenio con la madre. Si esto fuera así, ahí tenemos el origen de la confusión.
Probablemente el incesto debe ser la prohibición más respetada en el planeta.
Hombres y mujeres confunden a su cónyuge con la madre.
Nos ponemos incestuosos porque necesitamos sentirnos protegidos y seguros.
Yo no confundo nada porque para mí la familia es una farsa.
Con razón a mí no me gusta que me traten con demasiada familiaridad!
En mi familia no hay favor que no te cobren.
Desde que leo sus artículos toda persona buena se me vuelve sospechosa.
POr su culpa perdí la inocencia.
El incesto será incomprendido para usted, lo que es para mí, está justificadísimo.
En realidad yo me confundo de familia porque quiero que me adopten.
Es todo un problema empezar a cuestionarse lo que nunca nos habríamos cuestionado...
Publicar un comentario