martes, 13 de marzo de 2012

El dinero provoca envidia

Es lógico envidiar (¿odiar?) el valor constante que tiene el dinero al compararlo con las bruscas fluctuaciones de nuestra energía.

Los compromisos (responsabilidades) son una carga muy pesada para cualquiera. En lo único que nos diferenciamos es en que para algunos esa carga pesada los deja avanzar y a otros los aplasta. Es todo cuestión de fortaleza física (entendiendo que la psiquis es orgánica).

Uno de los compromisos pesados tiene que ver con la venta de nuestra fuerza laboral. Cuando suscribimos un contrato de trabajo estamos poniéndonos sobre los hombros una responsabilidad difícil de llevar.

La dificultad mayor está en que nos comprometemos a canjear algo de valor constante como es el dinero por algo de valor inconstante como son nuestras ganas de trabajar.

Por muchos motivos la cantidad de energía disponible fluctúa. Hay días en que nos levantamos con ganas de mover una montaña y al día siguiente nos resulta difícil darnos una ducha.

Nosotros sabemos que somos así y los días en que la energía nos abandona (por motivos generalmente desconocidos), tenemos que hacer un esfuerzo de voluntad muy penoso para cumplir con los compromisos.

El dinero es muy necesario pero esa constancia de su valor nos resulta preocupante pues sabemos que no siempre podremos mantener nuestro desempeño como lo conserva él. Es como si tuviéramos que competir con una máquina: ésta no se enferma, no se cansa, todos los días está igual. No es posible competir con una máquina.

Cuando vendemos nuestra fuerza laboral, estamos asumiendo que canjeamos un valor constante (el del dinero) por un desempeño que fluctúa, varía, a veces está alto y otras veces está bajo.

Es lógico odiar (o envidiar) al dinero porque siempre está igual. Si lo odiamos, querríamos que salga de nuestra vida y es así como aparece la pobreza patológica.

(Este es el Artículo Nº 1.492)

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9 comentarios:

Olga dijo...

Si a nuestras fluctuaciones de energía se le suman las fluctuaciones del dinero, podemos llegar a desesperar.

Martín dijo...

Mis ganas de trabajar son constantes: se mantienen siempre por debajo del nivel del mar.

Sonia dijo...

El dinero siempre está igual pero envejece.

Silvana dijo...

Cómo una persona va a envidiar a un objeto! El inconsciente carece de todo criterio.

Rafael dijo...

La psiquis resulta del funcionamiento de todo nuestro organismo, en interacción con el medio ambiente.

Nolo dijo...

Yo voy a comisión, me pagan por desempeño.

Daniel dijo...

En el futuro los gremios van a luchar por un salario acorde al esfuerzo subjetivo. Cuanto más pesada la carga, más se va a cobrar; como el peaje que se cobra por el uso de las carreteras.

Gerardo dijo...

Cuando a los chilenos nos entra la flojera, no hay voluntad que valga.

FABIANSIVLE dijo...

no se cansa de todos los pelotudos que opinan?