La expresión coloquial «acabar con la pobreza» puede querer significar reproducirla, ampliarla, multiplicarla.
El problema de la pobreza (ausencia de calidad de vida digna por falta de recursos materiales) ha sido tratado por las ciencias económicas.
La parte más prestigiosa de las ciencias económicas es la matemática.
La matemática aplicada a la economía intenta construir conjuntos de fórmulas (algoritmo) que expliquen racionalmente por qué ocurren los fenómenos económicos.
La Real Academia Española (1) define la palabra «algoritmo» como «Conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema».
Por mi parte, entiendo que si esta forma de acabar con la pobreza ha sido infructuosa, es tiempo de buscar soluciones que provengan de otras áreas diferentes a la economía y a la matemática.
Para este propósito utilizo las premisas del psicoanálisis. Estas se encuentran ubicadas casualmente en las antípodas de la racionalidad matemática pero muy próximas al inconsciente de los agentes económicos, verdaderos ejecutores de lo que terminan siendo las extrañas reacciones de los mercados, inexplicables para la matemática y la economía.
Está dentro de las premisas del psicoanálisis admitir la siguiente hipótesis:
La expresión «acabar con la pobreza» puede significar:
— lo que todos entendemos, esto es: erradicarla, que nadie más padezca de esa carencia de bienestar material; como también puede significar
— «tener un orgasmo con la pobreza», suponiendo para ello que tenemos sexo con «la pobreza» o con Penia, que era la diosa de la pobreza y la necesidad en la mitología griega.
Esta interpretación, tan alejada de la racionalidad mejor aceptada en nuestra cultura, permitiría explicar por qué las clases sociales menos favorecidas tienen a su vez los índices demográficos más altos, y además entender que quienes postulan «acabar con la pobreza», inconscientemente (sin saberlo) quieren reproducirla, conservarla, multiplicarla, por ejemplo, porque de ella viven.
(1) Definición de «algoritmo» según el diccionario de la Real Academia Española
(Este es el Artículo Nº 1.508)
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10 comentarios:
Para abordar el problema de la pobreza patológica, se me ocurre que deberíamos utilizar elementos del psicoanálisis, pero también de la psicología social.
Se puede disfrutar de la pobreza así como los Emos disfrutan del bajón.
¿A qué se refiere cuando afirma que hay pobres que viven de la pobreza? ¿A los que prefieren usufructuar los subsidios en lugar de trabajar?
Confío más en las hipótesis que provienen de las estadísticas, de los estudios cuantitativos, que de las teorías psicológicas.
El tema es que, como dice Fernando, hasta ahora no han dado resultados.
Me imagino que Penia, la diosa de la pobreza y la necesidad, debe tener una aspecto triste y desagradable, pero vaya uno a saber, capaz que de tanta pobreza y necesidad está llena de motivaciones para rebuscarse en la vida. En ese caso podría tratarse de una mujer muy atractiva.
Los mercados tienen reacciones humanas. Responden con miedo y ansiedad.
Se necesitan controles estrictos de la actividad financiera. La avaricia de unos pocos puede perjudicar a todo un país.
Los griegos tenían dioses para todo. Eran gente muy divertida.
Para abordar el tema de la pobreza hay que trabajar con equipos interdisciplinarios, donde estén incluídos los psicólogos.
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