viernes, 7 de junio de 2013

El dinero no es garantía de salud




Me angustia pensar que la enfermedad del presidente de Venezuela le costó mucho dinero al pueblo e igual falleció.

Tengo un sueño recurrente que me impide descansar. Más bien es una pesadilla.

Me estoy ahogando en un océano embravecido, se hace la noche, mis fuerzas se agotan y aparece un bote blanco con un marinero vestido de blanco. Se me acerca remando a ritmo de paseo y mi desesperación crece. Al aproximarse más, me pregunta:

— ¿El señor está afiliado al Servicio de Guardacostas Nacional?

No puedo creer lo que estoy oyendo en la pesadilla. Tratando de hacerme oír sobre el rugir del viento y las olas, le grito:

— ¿Hay que estar afiliado para ser rescatado?

El marino hace una mueca burlona y me responde con tono de jovencito malhablado:

— ¡Obvio, señor!

— No estoy afiliado. ¿Cómo podemos arreglar esto? Necesito que me rescate cuanto antes. He tragado mucha agua salada —le respondo desesperado.

— ¿Supongo que usted no estará tratando de sobornarme con algún dinero? —dijo maliciosamente.

Este malentendido tan inoportuno es lo que me provoca un sudoroso despertar y ya quedo mal para el resto del día.

El psicoanalista considera que los estímulos diurnos que me provocan este trámite onírico tan angustiado seguramente provienen de que enfermarse es costosísimo, inclusive para quienes pagan un seguro de salud.

Es probable que la interpretación sea correcta, siento mucho miedo de enfermarme por esa hipocondría de base que tenemos todos, pero sobre todo porque los ahorros familiares podrían agotarse en pocos días si algo de eso nos ocurriera a algunos de los cuatro integrantes de la familia.

No hace mucho mi angustia aumentó cuando reflexioné que la enfermedad del presidente de Venezuela, (Hugo Chávez), seguramente le costó miles de litros de petróleo al pueblo, a pesar de lo cual igual se murió (año 2013).

(Este es el Artículo Nº 1.903)

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